para MurciaEconomía
Isabel Díaz Ayuso, la presidente madrileña, y presidenta del presidente del PP (de eso ejerce) se cabrea mucho cuando la atacan, si bien ella es una insultadora profesional – su insultor personal, M. Ángel Rodríguez, la ha enseñado bien – y cuando se suelta el pelo larga epítomes como sinvergüenzas, mafiosos, terroristas, delincuentes, a los de la oposición en general, y a Sánchez en particular, y lo acusa exactamente de lo mismo que ella está haciendo: de tener una pareja choriza… En eso, y en nada más, basa toda su política. No hace otra cosa, y le da excelentes resultados, pues los “gatos” (madrileños) la adoran y la votan como a la gran ídolo. Exactamente igual que los americanos “de verdad” con Trump.
Porque su gestión pública y administrativa no puede ser peor ni más desastrosa: Desde 2019 solo ha logrado aprobar un par de presupuestos; controla TeleMadrid desde hace tres años con una férrea dictadura que calle dentro lo que se sabe fuera; desde que llegó tan solo aupó a una universidad – privada, claro – siendo ya éstas más del doble que las públicas; sus Becas de Comedor escolar son un caos, con un sobrecoste de 17 millones; las ayudas a escuelas infantiles – también privadas, claro – han subido un 33% becando vergonzosamente a familias con más de 100.000 euros de ingresos; las listas de espera en su sanidad pública acumulan a más de un millón de pacientes; prometió 22 Centros de Salud en 2020 y no ha abierto ninguno; desde que llegó, 700 camas públicas han dejado de estar operativas; el gasto de sus servicios sociales es, siendo la capital del Estado, uno de los más bajos de España…
… El Metro tuvo el pasado año 25.000 incidencias, el 90% por falta de personal; el precio de la vivienda ha subido un 30% y el alquiler un 25%; en 2019 prometió construir 27.000 viviendas públicas en régimen de alquiler social, y no ha hecho ni una; el 20% de los madrileños viven en régimen de pobreza y exclusión social, y todo esto siendo la “locomotora económica de España”, según proclaman ella y sus paniaguados. Y con toda esta maravilla de resultados “on time”, tiene y obtiene la mayoría absoluta en el gobierno de su comunidad autónoma, sí, la de la capital del reino, precisamente. Y encima, le tiene comido el tarro a Feijóo, que, a su vez, come de su mano, hasta el punto de forzar a sus presidentes autonómicos de cumplir con la normativa legal de acudir a la consulta del presidente de la nación, pero, claro, cuando ella se rebela poniéndolo en mal lugar, soltar el bobo que “la apoya absolutamente en su decisión”… No hace falta estudiar una carrera para saber quién es el pelele de quién.
Llegados a esta altura de aqueste artículo, se me podrá estampar fácilmente el lacre de que ataco a la derecha porque, no solo soy de izquierdas (si bien los de ahí también me niegan) , sino también un piojoso terrorista, al mejor estilo escupitajal de tan ponderada y bella criatura como es la presidenta madrileña… Pues bueno, pues vale, pues como quieran. También “los míos” me acusan de lo contrario, o sea, de ser de los no-suyos cuando ataco a su sátrapa de partido, el mayor tahúr del Saloon.
Pero no van por ahí los tiros, piensen lo que cada cuáles quieran… Lo que me preocupa, y dispensen mi atrevimiento por tener opinión personal, y encima decirla en voz alta, es que si el gallego llega a la presidencia del gobierno – nada raro, dadas las encuestas de intención de voto – quién realmente gobierne en España sea la tal Isabelita (y no al estilo Perón precisamente). Ya digo, dada la apreciable deriva, más bien parece una especie de Trump, o de Meloni, o de Milei, al que admira por cierto y al que colgó una medalla, y no creo que de Urbanidad y por buena educación.
Y si eso pudiera llegar a ser así, que tiene toda la pinta, a mí no me gustaría que ese modelo, cuyo resultado palpable y demostrable es lo expuesto en su Comunidad, se transpolara al resto del país… Ideologías aparte, sería ruinoso y horroroso, dados los resultados en números de pura matemática, no me digan que no… Y ese es mi temor, y ese es mi miedo, y mi prevención. Naturalmente, aunque ustedes no lo crean, me gustaría que alguien o álguienes con sapiencia en la materia me demostrase lo contrario; que, en serio, me encantaría estar equivocado en mis apreciaciones. Pero, de momento, y si Zeus no remedia el tal caos, bien pudiera ser así en todo el resto.
Aunque puede haber algo peor, y es que a los españoles nos atacara el mismo virus nocivo, zombi y suicida, que a los madrileños, y nos venciera y se nos convenciera que es mejor líder el/la que más insulta; quién más bulos propaga; quién más odio destructivo destila; que alimenta a “trolls” (de troleros) como el tal M.A.R., que solo piensa en dinamitar todo con la propagación de embustes y mentiras… Entonces, sí, claro, llegado ese caso, votaríamos el navajismo salvaje y la falta de escrúpulos de esta doña.
Y miren, dado el grado de polarización que existe en nuestra ciudadanía, en la que participamos abiertamente en las esquinas y barrabares del linchamiento gratuito que lucen sus señorías en las cámaras legislativas, y del que hemos sido contagiados estúpidamente, tampoco veo yo una urnada inteligente… La última “alzada” de este personal ha sido, por ejemplo, contra la subida, que no lo es, pues tan solo es “mantenida”, de impuestos a los que más beneficio generan, a los más ricos y poderosos, a oligarquías financieras como las energéticas y los bancos, con la triste y patética excusa, de que invierten y crean puestos de trabajo.
Entonces, ¿quiénes los van a pagar?, ¿los que menos tienen?.. Habemus un gobierno socialista, que se dice de izquierdas y progresista, que mantiene uno de los países con mayor índice de sangrante desigualdad europeo, y de pobreza; y los del otro lado del río nos están gritando que la solución es – como predica y hace Ayuso en su Madrid – más desgravaciones a los potentados, más subvenciones y becas para los que más tienen, y más recortes para los que menos tienen. Que los más pobres subvencionen a los más ricos. Como tiene que ser… Ni más ni menos que el modelo de la tal Ayuso.
