Dicen que al alma de un sabio chino le fué dado visitar el cielo y el infierno. En ambos dos había dispuesta una gran mesa de suculentos manjares, y los comensales estaban provistos de palillos demasiado largos con que comerlos…
La diferencia es que en el infierno todos estaban hambrientos ya que la longitud de los palillos les impedían llevárselos a la boca y pugnaban unos con otros… Mientras en el cielo se saciaban porque se alimentaban los unos a los otros, quedando todos satisfechos.
No hacen falta más palabras para sacar la conclusión definitiva y una foto fiel de lo que somos. Simplemente: o compartimos o la jodimos. Así de crudo.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
