De las últimas encuestas de 40dB, me dejó muy mal sabor de boca, y eso a pesar que la anterior del CIS me pintó la realidad, a mi personal parecer, naturalmente, como muy preocupante… “Pero, claro – como me dice un prójimo próximo – eso es porque tú quieres verlo así, pues nadie parece estar preocupado por ello”. Y es una razón tan válida como la mía, por supuesto. Así pues, la conclusión podría ser que los resultados que reflejan tales encuestas es lo que queremos ser y pensar; en lo que la sociedad ha decidido convertirse. Pues muy bien que lo veo, aunque no me parezca bien.
El dato más importante (para mí) es la impactante derechización de los jóvenes, seguido por la percepción del problema de la inmigración, en un 41% de los encuestados. Y hablo de la “percepción”, porque no es la “realidad”; otra cosa es que se quiera, o no, percibir la tal realidad, claro… Pongo un ejemplo concreto: a pesar de que un 57% reconoce no haber tenido ningún problema directo o indirecto con ningún inmigrante, creen (quieren percibir) que son el 30% de la población, cuando en realidad son un 13% de ella; como quieren creer que el 25% de los delitos son cometidos por inmigrantes, cuando apenas llegan al 3%; que son acaparadores de subvenciones, cuando son la parte más pobre y con menos recursos de la sociedad; y un largo etcétera por el estilo.
Mas siendo eso preocupante – al menos permitan que lo sea para mí – hay una tendencia enfermiza que aún me preocupa más: entre los jóvenes de 18 a 27 años existe esa exageración hacia los extremos, la llamada Generación Z, en la que el 61% son hombres frente al 44% de mujeres. La brecha generacional y de género (valga la redundancia) ante tales “percepciones”, que no realidades, se registran entre el 75% de los unos y el 56% de las otras… Por seguir con los números, por aburridos que éstos sean, el reparto es el siguiente: el 27% vota a Vox, el 18% al PP, y el 8% a Se Acabó la Fiesta; esto es: más del 50% de los jóvenes votarían la extrema derecha frente a un 32% de las jóvenes que igual votarían la misma opción.
No es un fenómeno exclusivo de España… En el Reino Unido ocurre otro tanto, y Financial Times, que profundiza en el análisis, asegura que se debe a que tal cantidad de jóvenes (la inmensa mayoría de ellos en realidad) reciben y creen a pies juntillas la información de las redes, especialmente de la X de Elon Musk, a la que yo llamo “bulolandia” y de los llamados “youtubers” e “influencers”, sin molestarse en contrastarlas. Creen lo que quieren creer , y eso los hace agentes vulnerables – y descerebrados – en la extensión de la falsedad y en la voluntaria ignorancia de la realidad.
El rotativo inglés va más allá: “celebran crueldades, aplauden delitos, recomiendan tratamientos pseudocientíficos; insultan a las minorías; se ríen de los más desfavorecidos… procederes que, por un lado, recibirán aplausos del nuevo sector negativo por “rebelde”, pero, por otro, también conseguirán sumarse al de personas indignadas que, quizá con buena voluntad, señalan tales abusos como reales, aunque falten a la verdad”.
Está claro que es una tendencia general. Pero lo de “mal de muchos, consuelo de tontos”, a mí por lo menos, no me consuela, ni mucho menos me deja tranquilo… Pero, volviendo a nuestro país, según 40dB, que es lo que más directamente nos atañe, si esta deriva no nos preocupa, será porque estamos muy conformes con ella. Y si estamos tan a gusto con tal resultado, es porque, de algún modo, participamos de esas falseadas “apreciaciones” en mayor o menor grado. Por lo tanto, es el futuro que, entre todos, nos estamos construyendo de alguna – mala – forma.
Como digo siempre, todo efecto obedece a su propia causa; y que todo esto esté ocurriendo hoy tiene un motivo… Mi muy humilde opinión es que en nuestros sistemas educativos hemos hecho dejación de algo importantísimo: los hemos formado, pero no los hemos informado, mucho menos educado; y los hemos convertido en sistemas deseducativos… Tales generaciones tienen un desconocimiento histórico absoluto de nuestro inmediato pasado, y del porqué de nuestro presente; tienen una ignorancia brutal de las consecuencias de nuestra Guerra Civil y de la II Mundial; no tienen ni zorra idea de los frutos de un nazismo, ni de un fascismo, que destrozó a Europa y puso en peligro al mundo entero… por ejemplo.
Y juegan con un juguete nuevo (aún siendo viejo y diabólico) que les dice lo que quieren oír, por falso que sea; y les preguntan por lo que quieren conseguir, que es mucho más falso aún… Es una lavada de cerebros como la que realizó Hitler en Alemania, exactamente igual, salvo pobres matices; pero no han sido preparados porque les hemos escamoteado la importancia de la Historia. Así que están empezando a votar, y acuden a las urnas con toda su incultura a cuestas; e ignoran que van a repetir el sufrimiento y el retroceso que sufrieron sus ancestros más cercanos. Ellos son (de hecho están siendo), y las encuestas lo cantan, la puerta de entrada del nuevo nazismo ilustrado. Lo dicen los resultados, no yo…
Un viejo dicho reza aquello de que “la Historia no aprendida estamos condenados a repetirla”. Aquí hemos cometido un grave pecado de omisión por nuestra parte, y una de dejación por parte de nuestros jóvenes. Ambos somos responsables, y ambos pagaremos la culpa que nos corresponde… Por otro lado, me digo a mí mismo que no siempre esa Historia escribe su relato igual, ni de la misma forma y manera. Puede ser. Ojalá yo esté más equivocado que acertado. Pero sea como fuera, no me gustaría estar por aquí para ver otra vez esa película, aunque sea, como fue en mi caso, de refilón. No me interesa en absoluto… Y las guerras que estoy viendo, y la inoperancia de las naciones, y el avance de los escorpiones, alteran demasiado mi visión de las cosas en estos últimos años en los que yo pensaba que habíamos aprendido algo.