Reconozcámoslo, ya que es muy humano: a nuestra pareja le decimos que la queremos mucho, sí, pero cuando es, hace, se porta y comporta, como a nosotros nos gusta… Cuando no es así, entonces lo que le decimos es que no nos quiere.
El problema no está en que ese comportamiento se produzca o no se produzca, el conflicto es porque no actúa como queremos que sea… Y eso funciona tanto en el hombre como en la mujer. Ambos queremos al otro u otra como lo ideal, no como lo real.
Yo pienso que el amor reside más en el respetarse que en el “quererse”; en intentar aceptar y no desear cambiar… Vamos, digo yo…
Miguel Galindo Sánchez / www.galindofi.com / miguel@galindofi.com