FEDERAL CIRCVS MÁXIMO

FEDERAL CIRCVS

Confieso, me acuso padre, que si antes estaba un tanto liado con el caso y las cosas del concierto  (o desconcierto) catalán; o la singularidad (como la crema) catalana, ahora lo estoy mucho más… Que la ministra Montoro haya tenido que utilizar media docena de etiquetas y definiciones distintas para hacer colar el invento, que si “singular”, que si “justa”, que si “régimen común”, que si “déficit fiscal”, y alguna más, demuestra el esfuerzo y empeño por engrasar el invento con la definición que menos raspe y escueza… Mucho más cuando esta mujer ha pasado en un trimestre de decir que era “contraria al 100% a la financiación singular de Cataluña”, a “apoyar al 100% la financiación singular de Cataluña” – ¡ malditas hemerotecas ¡ – . A eso se suma la embrollada explicación que soltó a requerimiento del respetable, y se lió en un trabalenguas que ni ella entendió… A lo mejor era eso precisamente lo que buscaba, ya saben: “es lo que está, y no es lo que no está, porque no está lo que está, y no es lo que no es”.

Así que, como no me creo tampoco todo lo que suelta la oposición a tal respecto, pues separar el porcentaje de razón que puede llevar del resto de embustes y exageraciones con que los acompaña es trabajo de titanes; y lo que suelta el ejecutivo también esconde más, mucho más, de lo poco que dice en realidad, tan solo que generalidades y sin concretar, pues eso: que estoy que no me fío ni de mí propia sombra. Prueba de ello es la propia división entre sus filas: están los barones que se muestran críticos y contrarios, frente a la tropa de ruiseñores y “siseñores” que abundan en lo que dice el jefe mientras los mantenga en la poltrona… Eso es lo que yo veo desde mi atalaya de emérito de todo.

Y ese jefe, que es un muy consumado tahúr que sabe jugar sus cartas marcadas como nadie – un verdadero virtuoso en ello – ha visto que se le ha empezado a ver su bello culo (“tan guapo pero tan ambicioso”, como dice María Galiana), de que es una descarada compra de apoyo para su personal y particular estabilidad en el trono, pues entonces ha empezado a deslizar en su discurso, muy sutilmente, una segunda noción, así como la vaselina que recubre el supositorio, y para que el personal se vaya distrayendo en su desbroce:  el de la Federalidad… Y en esas estamos ahora. Nadie va a negar que nuestro socialismo es históricamente partidario del Federalismo, pero nunca, jamás, ni siquiera en los poderosos y cautivadores años de Felipe González, se puso el tema sobre la mesa directamente. Ha sido en el tapete verde de póker de Pedro, donde éste ha aflojado la carta para, ya de paso, enmascarar lo uno con lo otro. Si bien yo lo veo más bien una especie de excusa para lograr lo que persigue.

Por otra parte, a la ciudadanía que entretienen unos y otros en tener su atención sujeta en la pelotita que va de uno y otro lado de la red, ora a la izquierda, ora a la derecha, se nos despista muy fácilmente que, desde largo, muy largo tiempo, tenemos, o soportamos, o sufrimos, o mantenemos, o sufragamos (muy onerosamente, por cierto) otra singularidad económica-fiscal: la vasca… Y nadie, que yo sepa, ha dicho ni pío de esto. Los vascos, más inteligentes, se aprovechan del “pantumaca” catalán para medrar con la suya y en la suya sin hacer ruido; y los barretinos son los que corren con la mala prensa… Pero es tan injusticia fiscal y agravio comparativo con respecto al resto de los demás tanto la una como la otra, se mire como se mire. Y siempre ha sido una moneda de cambio de la derecha y la izquierda para asegurarse la gobernanza. Al mismo Aznar le enseñó a “parlar catalá” en la intimidad el inefable Pujol.

Así que quizá lo más justo y equilibrado que se ha hablado sea lo de constituir un estado federal tal cual, con café para todos o para ninguno… A Alemania no le va nada mal con sus lands, por ejemplo, ni a Suiza con sus cantones, ni a tantos otros. El problema de España somos los españoles; nuestra tendencia a la polarización, y a ser manejados como borregos por unos y por otros; y nuestra dependencia de la ignorancia y el desconocimiento. Por cierto, lo segundo se produce por la primera.

Fíjense hasta dónde, llegado el caso, daría yo el paso (permítanme el sorpasso): Un servidor daría el salto a la Confederación. Es que no es lo mismo, miren ustedes. En una Federación existe más poder en la administración central que en una Confederación, donde los estados confederados tienen menos dependencia del gobierno central… De hecho, nuestro Estado de las Autonomías es casi que un Estado Federal, así que, pienso yo con todos mis respetos, para más de lo mismo con otra etiqueta, “virgencica mía quédeme como estoy”.

Y una vez ya puestos y en harina, invitaría a Portugal a formar parte con nosotros (no de nosotros) una Confederación de Estados Ibéricos (ya lo avanzó Saramago), que, dicho sea de paso, tendría en Europa una influencia económica y política dominante… Pero, claro, para eso hay que tener visión de futuro, noción de Estado, y nuestros políticos solo se ven a sí mismos, en sí mismos y por sí mismos. Son una caterva de “miraombligos” de una mediocridad abracadabrante; y no saben otra cosa que morderse entre sí e insultarse con rebuznos de asnos. Tan solo aspiran a ser gobernadores de sus miserables ínsulas, de sus ruines Baratarias, a costa del resto del país, por supuesto…

Pero no es éste el caso que nos traemos entre manos, no; ojalá tuviese esa altura de miras, pero no… Este trajín bajuno y triste de reparto de fondos públicos entre comunidades es solo que una especie de mercadillo de compraventa de voluntades con un solo y único objeto: apoyo a los Presupuestos Generales y apoyo a las ambiciones personales… Los del concierto vasco lo han dicho alto y claro: “non problem”, el que paga manda, sigan soltando pasta que ya yo, yo ya… Els catalans, más tontos que Abundio, y más divididos entre ellos mismos, estiran la cuerda de sacar agua del pozo, hasta que se rompa… Mientras, los payasos del Circvs de españolandia intentan acaparar la atención, el abucheo o los aplausos – y la división – de entre todos nosotros. Entre tanto, los ciudadanos peleamos y discutimos por sus lastimosas ocurrencias.

Escriburgo

Durante 30 años fue vicepresidente de C.O.E.C.; durante 20 años Juez de paz; durante 15, Director de Caritas... Es autor de cinco libros. - Ha fundado varias ONG's, y actualmente es diplomado en RSC para empresas; patrón de la Fundación Entorno Slow, y Mediador Profesional.

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