PARA MURCIAECONOMÍA

Que nuestro sistema fiscal está diseñado y designado para empobrecer a los más pobres es algo que tengo asumido desde hace bastante tiempo… Cuando me permito criticarlo diciendo que parece mentira que esto sea así desde un gobierno que se califica a sí mismo de progresista y de izquierdas, los abanderados-cruzados de tal banda y bandera replican (y tienen todo el derecho del mundo) que con los otros sería mucho peor. No negaré tal posibilidad, pero eso no es en modo alguno la solución. Eso es contestar con la amenaza del miedo y el chantaje.
Lo que quiero decir, por ejemplo, es que, teniendo una jubilación que no aventaja el salario mínimo tras haber cotizado lo máximo en autónomos, aún me suban más la retención que la miserable subida propiamente dicha, no es justicia social precisamente. Esto es: salgo perdiendo con la supuesta ventaja, pues cobro menos al mes cuando el costo de la vida es cuantitativamente mayor que incluso del propio IPC… Son “detalles” que estos gobiernos tan avanzados no tienen en cuenta. Otro ejemplo tan actual como sangrante: “Hacienda obligará, por primera vez, a tributar por el Salario Mínimo” (LV-12/2). Haciendo cuentas, ¿de qué vale haberlo subido 700 euros en pocos años, para ahora llevarse una mascada de + de 300 en la Declaración de la Renta?..
Naturalmente, el resultado de este encaje de trileros – pues no dejan de ser otra cosa – es que la brecha de desigualdad entre pobreza y riqueza se ensancha cada vez más en este país, y que, a niveles europeos, esté en cotas vergonzosas; pues nunca llegarán a equilibrarse la fiscalidad entre pobres y ricos donde existe una clara desproporción entre lo que se les exige a unos y a otros… Otro ejemplo práctico: Mientras su peluquero paga sobre un 28% de sus beneficios, las empresas grandes pagan sobre un 12%, y las supergrandes apenas superan un 2%… Y no es tan solo en este capítulo; es en tantos, que faltaría espacio en un artículo como éste para detallarlos todos, y ustedes se aburrirían de escucharlos.
Porque no es solo en esto, sino que también en las pocas (únicas) posesiones que un pobre puede tener – supongamos una casa – que, desde los desproporcionados Ibis, Ivas, Impuestos de Patrimonio, pasando por Plus Valías de locura y/o demenciales gravámenes sobre ventas, o cesiones, o herencias a sus hijos, es toda una batería de atracos para dejarle su posesión en la más pura ruina… Y como éste es un país de tontolhabas en que sus ciudadanos se han dejado las pestañas para tener una vivienda, ahora el Estado se queda con todo lo suyo, o casi con todo lo de todos los pequeños propietarios, que somos la inmensa mayoría; menos, claro, una selecta minoría de grandes fortunas, oligarcas y altos empresarios, que pagan conceptualmente quince veces menos que el resto de los desgraciados apoquinadores.
Naturalmente, yo no echo encima en estos artículos la culpa a unos malos partidos y peores políticos que se han hecho castas de sí mismos (izquierdas y derechas) y que han inundado España entera de parásitos y rémoras políticas, y milfuncionarios afines adjuntos a una muy bien pagada nómina… Se la estoy echando a una ciudadanía comprada y aborregada a un constructo social del más bajo nivel y calidad, a la que suministran fiesta tras fiesta y basura que consumir, y hedonismo y narcisismo hasta el hartazgo, y que está tan contenta en su mediocridad… Para eso mismo se la ha estado educando: para que se venda.
A pesar de mi aún seminmovilidad, los del equipo de La Peonza me siguen invitando a participar (telefónicamente, claro) a sus siempre interesantes programas, cosa que valoro y agradezco… El otro día, el tema era sobre urbanismo en pueblos y ciudades, y el cada vez menos respeto a la reverdización y rearbolización urbana. Esta es otra. Desde que yo me conozco, la masa de arbolado en los pueblos ha bajado de un índice del 37% por un término medio de apenas un 4% actual (nueve veces menos). Me consta, porque yo lo he vivido y puedo señalar dónde, cómo y cuándo ha ido desapareciendo sin que nadie haya hecho nada por evitarlo. En Totana también quieren quitar 60 hectáreas a Sierra Espuña para construir un circuito quemaruedas y altamente contaminante.
Pero que, en el siglo XXI, a pesar del cambio climático; a pesar de la necesidad intrínseca para la salud, de la revegetalización urbana; a pesar de los 14º constatados en verano de diferencia entre la sombra de un pino y una plaza desnuda o triste sombraje terracero; a pesar de la calidad de vida que nos va en ello… seguimos apostando por plantar bloques de cemento en vez de árboles; estructuras muertas en lugar de organismos vivos que convierten en oxígeno nuestro hidrógeno… Seguimos, en fin, empeñados en desertificar aún más lo que ya hemos convertido en un desierto.
Sin embargo, vuelvo a preguntar: ¿a qué ciudadanía consultan esos edilarios para alzar sus mastodónticos y costosos proyectos?.. Y otra más, please: ¿les importa a los ciudadanos que se les consulte o no?..It ist the question, que dijo el inglés. No existe en ningún pueblo, que yo sepa al menos, ninguna institución ciudadana que controle a sus políticos locales, y lo que se hace y se deshace en los municipios. Y si existen, que no lo sé, están conformados de pantalla, filtro y colador para cualquier desmán que se realice… eso sí, para el pueblo, por el pueblo y en nombre del pueblo.
Nosotros, pues, somos los únicos y verdaderos responsables de lo que nuestros contratados y bien pagados administradores hagan en nuestra y con nuestra hacienda… No ellos, que los dejamos funcionar sin control y sin dar unas mínimas explicaciones. Cada cuatro años disfrazan las mentiras con otra forma de verdades, y nos vuelven a colocar el tocomocho, que nosotros, sus valedores y pagadores, les compramos alborozados en la feria de las elecciones mediante urna… Nos llamamos lo que somos: ciudadanos, cuando solo somos votordeñadas ovejas… Pero si nos va bien así, a mí, para lo que me queda que estar en el convento…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com