UNA DE DOS…

Enredado en los Evangelios existe un pasaje sanjuanero en que los exégetas igual se enredan, y, al final, no aclaran… Es en el que Jesús predice a Pedro su violenta muerte, y éste le pregunta al Maestro, refiriéndose al más joven de entre ellos, Juan, el conocido por “el discípulo amado”: “¿Y qué le sucederá a éste, Señor?”… a lo que el nazareno contesta con rotundidad y rudeza: “si yo quiero que él siga viviendo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué te importa?”… Un poco soleta la contestación de Cristo, salvo que le molestara la reticencia del llamado “príncipe de los apóstoles”…

No obstante, el propio S.Juan, al final de su larga vida, en un apéndice de su Evangelio, remacha para que no queden dudas: “No dijo Jesús “no morirá”, sino “si yo quiero que quede hasta que yo vuelva, ¿a ti qué te importa?”… lo cual encaja en el ruego-llamada tan repetitivo del mismo evangelista en su Apocalípsis de “ven, señor, Jesús”… Lo que sí se sabe por las crónicas históricas es que Juan, tras escribir su obra magna en su destierro de Patmos, murió longevo, casi centenario, y que su tumba (según el obispo Polícrates) fue encontrada en Ëfeso en el 190 d.C.

Pero aquí se abre una de las grandes lagunas de la exégesis cristiana, según mi parco entender, claro: la afirmación de Jesucristo de “que siga viviendo hasta que yo vuelva” tan solo tiene que un par de acepciones, y no más: que Juan aún vive, y sigue a la espera; o que Jesús vino tras ser anunciado por Juan el Apocalípsis , para que éste pudiera morir y descansar tranquilo tras su ajetreada vida… Se pueden dar todas las interpretaciones que se quieran (yo mismo podría aportarles tres o cuatro, y alguna de ellas le encantaría a mi buen amigo y autor de una trilogía temática, José Hernández Mondéjar) pero no dejarían de ser más que opiniones plausibles, sin bien subjetivas. Lo cierto, es que la conocida por Parousía, desde los Apóstoles acá, se ha anunciado y desanunciado unas cuantas veces, y se ha alargado unos cuantos milenios, y la Iglesia como institución no sabe como aplazar ya más la cosa sin que se le vean las costuras al invento.

Sin embargo, regresemos al único par de posibilidades que tales palabras dejan entrever: si Jesús aún está por regresar, entonces es que Juan, de alguna forma y manera, como el antiguo Cagliostro o los modernos Inmortales, aún anda por algún sitio oteando los signos apocalípticos que percibió “por indicación del Señor”, o, simplemente, gritándonos desde algún lugar del espacio y del tiempo, algo así como “tenéis que estar muy ciegos o ser muy gilipollas, queridos míos, si no veis lo que es más evidente en vuestras propias narices”, lo cual no sería ningún disparate, ni lo desdeciría tampoco el mismísimo Isaac Asimov… No es cuestión de imaginación, sino de probabilidad, que diría éste.

Y la otra es que, en cumplimiento de su palabra – y yo creo en ella – viniera en su momento a hacerle el relevo a su discípulo amado, su confidente y amigo, al que le confió a su propia madre a pie de cruz… En tal caso, ¿qué ha pasado?.. ¿ánde andará?..¿de qué y/o porqué se oculta?.. ¿O es que nos lo hemos vuelto a quitar de en medio en el primer guiño de la Historia Post Cristum?.. Si ha sido así, han sido finos, porque lo han hecho en Su propio Nombre, y a mayor gloria de Dios, para rematar… Y ni nos hemos dado cuenta, o han hecho las cosas como para que no nos demos cuenta… aún, al menos.

Y dejo las cosas estar aquí. Como verán, no es mi intención impartir un curso de alta teología, ni por allá paso, ¡pobre de moi!.. No, ni muchísimo menos. Mi interés solo está en suscitar un simple ejercicio de imaginación, en poner a conjugar el verbo pensar. Solo eso… El problema es que estamos acostumbrados a que otros piensen por nosotros, a consumir pienso forrajero pre-conformado; y ante un dilema intelectual como el del ejemplo, acudimos a que nuestros tutores oficiales mentales nos piensen la respuesta. No existe tribu sin tótem, ni tótem sin gurús, ya saben.

Antes de Cristo, una vez puestos en anteponer épocas, un dilema de este calibre se llevaba al Ágora, en abierto, donde las diferentes escuelas de pensamiento lo trataban, analizaban y debatían… en público, hasta encontrar distintas explicaciones plausibles y manejables, pero nunca, jamás, emitían un dogma cerrado y obligatorio bajo amenazas morales. Y eso era porque la filosofía (“hija de la sabiduría”, significa su nombre) no se ajusta a dogmas, sino a formas… Tampoco las religiones serían negativas si no fuera por sus iglesias, que son las que limitan e imponen asedio al intelecto de las personas, y fabrican ideologías interesadas, encorsetadas, dirigidas y viciadas.

Una lectora que me sigue y me persigue, y a la que tengo en buena estima, me dice que “uso los Evangelios para atacarlos”, y yo le respondo que, muy al contrario, los uso para defenderlos, o mejor, para liberarlos, pero no puede entenderlo… Le es imposible admitir un razonamiento precondenado por el principio del precocinado. Y durante generaciones se nos ha cocinado muy convenientemente. Y lo hemos hecho nuestro a fuerza, precisamente, de renunciar a razonar por nosotros mismos. Los curas, censores y confesores han estado ahí para atarnos cortos e inocularnos SU evangelio, una vez digerido y dirigido… Las iglesias precisan de religiones para poder medrar, pero las más auténticas, genuinas y verdaderas no las precisan. Piénsenlo aunque les haga daño…

El “problema” que hoy me atrevo a exponer aquí es liberador en sí mismo y por sí mismo… Tan solo hay que razonarlo sin normas ni hormas, sin pre-establecidos dogmas. Quién sea capaz de intentarlo, “buscará y encontrará”, como dice el propio evangelio en su correcto contexto.; el que no, tendrá que seguir esperando a poder pensar por sí mismo. Aún hay tiempo para esa “plenitud de los tiempos”, cuando sabemos que “el tiempo” como tal, y como la ciencia ha demostrado, no existe.

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

Escriburgo

Durante 30 años fue vicepresidente de C.O.E.C.; durante 20 años Juez de paz; durante 15, Director de Caritas... Es autor de cinco libros. - Ha fundado varias ONG's, y actualmente es diplomado en RSC para empresas; patrón de la Fundación Entorno Slow, y Mediador Profesional.

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