

Cada vez que veo en cualquier noticiario de cualquier canal a ese tópico y típico grupete, inaugurando algo, dando algún comunicado, presentando alguna declaración, acto o cosa, con el jefe al micrófono y media docena de acompañantes a su espalda, como sonriente y complaciente guardia de corps, sean del partido que sean, yo siempre los llamo “los Bienpagaos”… Son unos personajes, también bien-pegados, con el fin de obtener cazo en el reparto, pero de los que no puedo evitar pensar – es uno de mis grandes pecados, lo confieso – si estarían ahí si no fuera por el sobre de la nómina y los privilegios y ventajas que obtienen con el puestecico…
Por supuesto que hacen, o no, su labor. Pero, ¿se lo ganan?.. y, lo más importante, ¿están en consonancia sus sueldos con sus “trabajos”?.. Como resulta que, por un lado, solo tenemos su unilateral versión, que tienden a magnificar sus resultados y a apuntarse lo que hasta no es cosa de ellos; y a tachar de inútiles y corruptos a los de las siglas contrarias; y, por otro lado, nuestra ciudadanía, que solo aspira a salida, fiesta y terraza, normalmente se queda con lo que le dicen “los suyos”; pues, naturalmente, tampoco nos molestamos, ni preocupamos, en desbrozar la verdad de la mentira de unos y otros… Vivimos felizmente polarizados y alimentados con pienso preparado y predigerido.
Pero lo cierto es que, con honrosas excepciones, que sin duda alguna las hay (no crean que hago tábula rasa, que no), pero que eso mismo, no dejan de ser – cada día más – excepciones, lo que suele campear por las dehesas de nuestra política son una caterva de sujetos aprovechados y aprovechadores, ganapanes, que se apuntan a vivir del partidismo de hacer todos lo mismo: lo imprescindible, convirtiendo nuestra democracia en una suculenta partitocracia… Y si se afanan en algo, que no digo yo que no, casi siempre es en conservar y trepar en sus cargos y posiciones de ventaja. Lo que se conoce por servirse antes que servir.
Lo que pasa es que el autotrompeteo (al que no nos tomamos el trabajo de verificar) a través de los medios propios o comprados, también se encargan de ocultar lo que no quieren que se conozca… Existen muchos, demasiados ejemplos de ello, pero por poner algunos pocos, examinemos un par de ellos. Uno casero y otro nacional… alguno de estos con graves implicaciones para lo que ya es un gran problema para el país, aún por resolver. Empecemos por una de las abundantes y pequeñas raterías de nuestro gobierno regional:
Sabido es lo de una vez muy celebrado y sonado Bono de Alquiler Joven, que se vendió en su día a todo tararí que te ví… Esa ayudita que el Gobierno Central se inventó para ayudar a la tuna estudiantil y jóvenes en su ardua tarea de poderse costear un simple alquiler en España. En ésta nuestra murciana región, porrón-pon-pon, apenas un 36% de la gente joven ha podido acceder a estas ayudas… Por supuesto, nuestro Cristo de Borja (cada día se le parece más) acusa, ¿cómo no?, según costumbre y sistema, al gobierno de Sánchez, “por la complicada convocatoria de las ayudas” a la que pocas personas puede acceder.
Una trola en su totalidad, pues no dice, se calla, que en la Rioja se han beneficiado un 64% de tales jóvenes; en Asturias un 63% de ellos; en Extremadura un 62%; en Andalucía un 56%… Si esa especial dificultad existiese sería para todos, no solo para los murcianos, a los que está dejando por tontos comparados con los demás de otras comunidades autónomas. Eso solo implica a su pésima gestión, que además se ve agravada porque los del 2.022 aún no han visto un puñetero euro – ¿qué se ha hecho con ese dinero? -, y hasta han tenido que devolver las dos terceras partes de los fondos sin ejecutar (A. Balsalobre, en L.O.-28/09)… Pero estos “administradores” sí cobran su buena paga por “administrar” tan mal administrado.
El otro ejemplo al que aludía es en lo del reparto del agua, y esto resulta sangrante, dada su escasez y la necesidad en todo el territorio nacional. Al día de hoy tenemos embalsados 28.000 hm3 de agua, aún y a pesar de la “pertinaz sequía”, como decía don Paco Franco. Alemania, por ejemplo, está en peor situación que nosotros, pero somos uno de los peores países de Europa en la distribución de sus caudales… Miren a Francia, por otro ejemplo, con el Atlántico y el Mediterráneo conectados por un canal distribuidor que construyeron nada menos que en el siglo XVIII…
…Sin embargo, aquí, en esta España mía, en esta España nuestra, Borrell diseñó un Plan en 1.993 para conectar 2.500 kms. de ríos nuevos, aguas limpias y fluidas, conectando todas las cuencas del país, y aquí seguimos, haciendo el más espantoso y ruinoso ridículo, y peleándonos entre nosotros por no compartir nuestro miserable botijo… A Pepe Borrell no le hizo caso ni la derecha (se da por supuesto: al enemigo, ni agua, aunque se joda España entera), ni los suyos propios por la cobardía de no enfrentar a sus barones territoriales entre sí (que también se joda España entera); así que se le mandó a Europa para que no dejara en evidencia la politiquería reinante de aquí… Resultado: la necesaria, vital y urgente Conexión de Cuencas sigue sin realizarse. No hay co…
Pero eso sí, toda la caterva cavernosa de presidentes, consejeros, directores generales, secretarios generales, vicesecretariados y paniaguados mil que se han sucedido en estos más de 30 años, y siguen sucediéndose en la actualidad, se han forrado – y están a lo suyo – el riñón, y asegurando su futuro a costa del futuro de los españoles… A esto era a lo que me refería en mi apertura de aqueste artículo maldito. Y digo lo de maldito, porque aún habrá ciudadanos que justifiquen a los de su cuerda porque “toa la vida del Señor he votao ansí y no voy agora…”. Y hasta me echarán en cara, seguro óigan, que critique a los unos, o a los hunos, “porque son de los míos”…
Pero se engañan… Nuestra clase política solo son ellos mismos, no nosotros, ni los demás… No obedecen al bien general, sino a su propio bien, a su propio estatus, a su propio y exclusivo interés. Son de los que se suben su ya desmedido y desmadrado sueldo por encima del IPC, mientras al resto del país – pregúntenle a los jubilatas – se lo bajan por la jeta. Y eso lo hacen tanto los puñonaltos como los caralsoles sin distinción unos de otros. De hecho, en lo único que no discuten y se ponen de acuerdo es en la cosa de esos, sus privilegios.
Lo que he expuesto aquí son solo dos claros ejemplos que demuestran la condición de nuestros políticos y la mediocridad de nuestra política. Pero lo peor no es eso: lo peor de todo es la mediocridad ciudadana que lo aúpa y lo consiente.