¿QUÉ PASÓ CON AQUELLO?..

Ya nadie se acuerda del 15.M, cuyo aniversario último pasó no hace mucho sin pena ni gloria. Ni siquiera entre los que se pueden reclamar como sus herederos, y que cambiaron la lona de sus tiendas en las plazas por la moqueta de las instituciones, y se convirtieron en la misma Casta a la que vituperaron. Esos tales no hablan ya de aquella “primera generación que vive peor que sus padres”, pues se arrimaron a las nóminas anuales que pasan de los seis dígitos, e hicieron de sus parejas el nepotismo ilustrado que entonces criticaban… Y ellos vivieron mejor que sus padres.

Cambiaron aquello de “Democracia Real” que exigían, por la democracia realista que los compró y engulló…En el ínterin han cambiado el discurso de la desigualdad, de los pobres periféricos, de la obrería desplazada por el capital y demás pañuelismos jordanos colgacuellos, por el más genérico de guerras, (donde están desubicados); cambio climático (donde aún están más descolocados); la igualdad sexual en plan raso y arraso; y, si hace falta, hasta la crisis de la vivienda, pero sin mojarse mucho, pues algunos de ellos viven en casoplones exentos de crisis. Idealismos concretos de hace trece años, y que aún siguen vigentes para las pobres gentes.

Al fin y al cabo, no nos engañemos, muchos de los heraldos de aquel fallido movimiento no dejaban de pasar por lo que, en realidad, no eran. Pues un buen grueso lo formaban una caterva de hijos-bien de papás-mejor, venidos de la educación privada; de buenos barrios y buenas mesas; y con las espaldas y culos bien cubiertos por lo que pudiera pasar. Niños bien jugando a progresistas que no arriesgaban nada. Algunos incluso pertenecientes a un muy buen estatus funcionarial en el bolsillo que facturaba como colchón ante cualquier “porsiacaso”.

En aquella época (2011), yo aún me expoliaba a mí mismo para defender los intereses de mi escaso negocio y del de los pequeños y medianos empresarios. Por mis cargos, cargas y recargas, y representaciones, había de acudir – todo a cargo de mi menguado bolsillo, claro – a mis reuniones regulares en la COEC, como a las de la CROEM, y demás zarandajas (autónomos, etc.) de mi responsabilidad. Recuerdo que en una de ellas coincidí con las acampadas urbanas de aquello, y, con mi cartera, mi chaqueta, y mi corbata bajada como bandera arriada, sin agenciarme un kufiya que llevarme a los hombros, me presenté en una de sus multiasambleas.

Ni qué decir tiene que, cuando me di a conocer, me miraron mal tirando a peor. En un principio me preguntaron si yo iba “de espía de la patronal” – muy agudos ellos – y cuando les dije que tan solo quería saber cuántos principios de mi juventud quedaban en aquellas movidas, mejoré de sospechoso a tío raro de cohones. Cuando les confirmé que, entre otros cometidos, estaba el de tratar con los sindicatos (sus eventuales semialiados) y que ellos me conocían, llegaron a tratarme, si no como a un camarada, al menos como a una persona normal y corriente, interesada en saber de qué iba aquello…

Lo que sí pude comprobar es que había mucho universitario y jóvenes de clase medialta, de progresía acomodada, de mucha teoría y poca, muy poca, experiencia de lo que hablaban; pero poco, muy poco de obreros, trabajadores y buscapanes. De hecho, no había nadie de los que no tenían, ni seguirán teniendo quizá, un empleo digno y estable; de los que difícilmente podrán acceder a una vivienda, ni puede que tener garantías de formar una familia… Los que allí estaban podían permitirse el lujo de emplear su tiempo sin que les faltara el plato puesto en la mesa. Y jamás insinuaré yo que el sincero deseo de mejorar el general no fuera encomiable, ni mucho menos, pero nunca será igual la necesidad que la aventura.

Lo que intento decir es que rozan tanto el populismo en sus utópicas invectivas que acaban siendo prisioneros del realismo en sus peores perspectivas… Recuerdo que les hablé del principio y fin del movimiento hippy – el de muchos de sus propios padres – y lo fácil que le fue al “stablishmand” desmantelarlo guardándoles el coche para cuando se cansaran del borrico. Aparte de que, siempre, siempre, hay cazadores emboscados de idealistas que solo buscan trepar en las listas. Todo acabó como acaban estas cosas. Y esto último lo hemos comprobado después por lo sobrado… y sobado.

Como afirma Ana Iris Simón: “Terminaron por ocupar un lucrativo espacio en el régimen del 78 como sucursal del Psoe y en el esquema general del capitalismo como agencia eco-trans-racializada”. Y todo acabó como suelen acabar estas cosas: en agua de borrajas, o como dice el refranista “arranque de caballo y pará de burro”… Astérix y Obélix, al fin y al cabo, tenían a unos romanos contra los que luchar, y aquellos paladines cegatos no se daban cuenta que ellos mismos eran los romanos, descendientes de romanos.

Uno de sus ilustres, J. Carlos Monedero, tiene la solvencia de reconocer que “desde entonces están peor las guerras, el clima, la igualdad, la vivienda, el empleo y la impotencia o no-importancia de España”… Y por esto, algunos de sus compañeros lo ha tildado de “padecer una extraña y peligrosa melancolía”. Como las hemerotecas suelen ser bordes, y yo también lo soy, rescato una afirmación de uno de sus más sagrados visionarios de aquel entonces: “El 15-M es una vacuna democrática que garantizará que en España nunca existirá la extrema derecha”… ¿Ángelicos..!.

Y ya de paso, saco otras de gran enjundia como: “mandan los mercados, y no los hemos votado”; otra un tanto escatológica: “Psoe y PP la misma mierda es”… Ha pasado más de una década y sigue mandando el mercado y la misma mierda, formando ellos parte de la misma. Absolutamente nada ha cambiado en tal mercado de ganado, querido Maldonado, como hubiera dicho el marqués en la película de “El Abuelo”… Solo los pastores que han ascendido a mayorales, y que hoy acallan los ecos de lo que pudo ser y no fué, porque no supieron interpretar, ya hablando de películas, la de “El silencio de los borregos”. Pero sí que vivimos la eterna de “Lo que el viento se llevó”…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / miguel@galindoficom / www.escribirgo.com

Escriburgo

Durante 30 años fue vicepresidente de C.O.E.C.; durante 20 años Juez de paz; durante 15, Director de Caritas... Es autor de cinco libros. - Ha fundado varias ONG's, y actualmente es diplomado en RSC para empresas; patrón de la Fundación Entorno Slow, y Mediador Profesional.

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