EL ROBO-TIMO DE LA BANCA

El dinero gobierna el mundo, pero es una entelequia de dominación, pues, en realidad, no existe como tal… Fue “inventado” en el siglo XVII por un prestamista de Franckfurt llamado Rotchschild, ¿les suena?.. cuando le prestó – en oro, claro – un millón de libras esterlinas a Jorge III para financiar la guerra en sus colonias americanas. El jodío judío le propuso al monarca saldar su deuda permitiéndole emitir papel moneda por el doble del empréstito. Dinero respaldado por la monarquía inglesa, por supuesto. De esa forma, el dinero se había multiplicado por dos, pero como los bienes no se habían duplicado, sino embargado, inevitablemente subieron su precio un 100%. De ese modo, los que pagaron el pato, como siempre, fueron los ciudadanos.

Ese modelo estructural es el que ha seguido rigiendo, ampliado y perfeccionado, hasta el día de hoy, en que es la gente de a pié, quién paga (pagamos) ajenas deudas como propias, de su, y con su, propio dinero; pues el dinero que “tiene” la banca es nuestro, no suyo. El truco del almendruco es la metedura de mano sistemática en los bolsillos de la ciudadanía que trabaja, produce y consume los bienes. El resultado es que los pobres (productores) son cada vez más pobres, y los ricos (rentistas) son cada vez más ricos. Los segundos siempre a costa de los primeros.

Existe un robo institucionalizado a mano armada que los banqueros llaman, y conocen por, “Sistema de Reserva Fraccionaria”, según el cual el 90% del dinero que la gente depositamos en nuestras cuentas, el banco lo utiliza para conceder préstamos usureros a sus mismos usuarios, y repartir pingües ganancias a sus accionistas, que, a la vez, quedan depositadas en el banco, y así eternizar este movimiento continuo de apropiación inmoral e indebida de los recursos ajenos… En realidad, esa banca nos presta nuestro propio dinero a intereses abusivos, aparte de someternos a otros deshonestos abusos.

Por ponerles un ejemplo concreto y no inventado, no hace mucho vendí una propiedad, y tras el trámite en notaría, me dirigí a mi banco (mal dicho, pues no es “nuestro” banco, sino que nosotros somos “suyos”) a fin de ingresar el monto de la operación. La muy conocida y poderosa entidad, una de las más renombradas y prestigiosas de este país, se ve que no le da el negocio para mantener más de tres horas al día sus cajas abiertas, y me la encuentro trincada con el riesgo de ser el portador del “parné” hasta el lunes próximo… Cuando pudo hacerse, a toque de corneta como en la mili,  fue ingresada, sí, pero no en mi cuenta (¿?) que la registró un par de días después, y, encima y a mayor inri, con una nota marginal en el asiento de “retenido” hasta otras fechas sumadas a posteriori en que ya se dio por efectiva. Esto es: es tal su innata ruindad que le rebañan fechas en los ingresos de sus haberes a fin de obtener fraudulentos intereses (que son nuestros, no de ellos) en sus inescrupulosas ganancias. Eso lo hacen a diario con las pensiones y con cuanto arramblan. Calculen a nivel nacional en todo un año.

Y puesto que ese es el siniestro sistema admitido, formalizado, generalizado y bendecido por los también impresentables gobiernos que dejan a sus ciudadanos inermes en sus garras, no es de extrañar que, a mayor desvergüenza, esos mismos desgobiernos, como es el caso del nuestro, pagara con NUESTRO dinero público el – falso – déficit bancario de la buscada crisis económica del 2008, y que, 16 años después, ni ha devuelto ni piensa devolverlo, con el beneplácito de brazos cruzados de nuestros gobernantes… Estoy hablando de 62.000 millones de euros confesados, y sin intereses, ni multas, ni recargos, ni nada de lo que ellos abusan cuando ocurre al revés.

Sin embargo, y a pesar de la brutal realidad (poderoso caballero es don dinero) esta inicua estrategia ha forzado leyes injustas en los sistemas de Justicia del mundo entero; tiene sobornadas a instituciones y comprados a esos mismos gobiernos, que se ven inermes en plantar cara a sus sangrantes abusos. (Hace poco, en Aljucer desahuciaron a una pobre mujer con dos hijos a su cargo, uno de ellos afectado de parálisis cerebral y dependiente de respirador artificial); y es tan solo que un ejemplo entre los miles de inhumanidades cometidas por estas entidades, y amparadas por legislaciones y gobiernos cómplices que, por ende, son tan culpables y responsables como ellos mismos.

Naturalmente, ante este panorama la pregunta que nos asalta es: ¿y qué podemos hacer, pobres de nosotros?.. Y, en un aparente absurdo, he de responder: Todo… Lo podemos hacer todo, pues solo reside en nuestras manos poner en jaque a los sistemas financieros de todo el mundo: igual que los ciudadanos de todo pelaje se juntan para promoverle el negocio a profesionales del fútbol, por ejemplo de otros, en un Campeonato Mundial, tocados en el más rentable, aunque bajuno, patrioterismo, por cierto, igual podríamos reaccionar, todos a una como en FuenteOvejuna, para presentarnos en masa en todas nuestras oficinas bancarias diseminadas por el mapa para sacar hasta el último céntimo que tengamos en nuestros saldos.

Nos encontraríamos que nuestro dinero no está, pues lo tienen trabajando para ellos; pero al dispararles a su línea de flotación y tomar conciencia de ello, daríamos un muy serio aviso de que podemos quebrar su sistema financiero de ponernos manos a la obra… Al menos, un toque de ese calibre les obligaría a negociar, pues amenaza directamente a su fuente inagotable de suministro de dinero que tienen asegurada por las abejas del panal que somos para ellos. El problema es que no nos lo creemos; que nos han convencido de que no es posible; y nos lo hemos tragado como cretinos que creen cuanto se les cuenta; que nos hacen el tocomocho de rendimientos por entretenimientos, y nosotros tan felices y contentos.

En realidad es que, al final de todo, tenemos lo que nos merecemos. Hemos cebado a un monstruo que nos devora las entrañas, y aún nos arrodillamos ante él… Cuando no se hace lo que se puede, y debiéramos, hacer, es que somos lo suficiente cobardes e inútiles como para estarnos quietos. Y eso ellos lo saben. Esa,  y no otra, es la muy triste y lamentable conclusión de la situación… Pues ajo y agua, compadres.

Escriburgo

Durante 30 años fue vicepresidente de C.O.E.C.; durante 20 años Juez de paz; durante 15, Director de Caritas... Es autor de cinco libros. - Ha fundado varias ONG's, y actualmente es diplomado en RSC para empresas; patrón de la Fundación Entorno Slow, y Mediador Profesional.

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