(de National Geographic)
Ni los sociólogos nos entienden… Aquí resulta que el 70% de la población es consciente del cambio climático, pero solo el 5% toma conciencia de eso (yo creo que es al revés, pero lo pongo como lo escriben). Somos el país europeo que menos se manifiesta por ello. Estamos prontos a salir a la calle para salvar España pidiendo un golpe de estado, pero no nos concienciamos de lo que hemos tomado consciencia (¿?), y cuyas consecuencias son tan graves que ya nadie disimula en decirlas y hacerlas públicas… A los estudiosos de la sociología se les rompen todos los esquemas a la hora de interpretarnos.
Hace apenas un mes, el Teledenario del César, como yo lo llamo, tocaba este preciso, y aún precioso, tema… Preguntaban los informadores al menos a cuatro expertos que yo contara. Ninguno coincidió con otro. Lo cierto y verdad es que no tienen ni idea de porqué nos quejamos tan amargamente por el precio de los alimentos, y nos importa un pendejo lo que afecta ese cambio climático a su producción directa, por ejemplo; ni lo que vá a afectar al bolsillo y a la salud para mal, pero sí que criticamos los deficientes medios sanitarios, que son claros y cuantificables. Y así mismo todo. Estamos más pendientes del puente festivo donde nos vamos a volcar en quemar gasoferio y cargar la atmósfera de mierda, que de la sequía y pulmodeficiencias que eso produce… entre otras lindezas.
Yo vivo en el campo. En mi parcela tengo un limonero, un naranjo, una olivera y una higuera, entre otros árboles ornamentales… Pues fíjense: ninguno funciona como Dios o las estaciones mandan, o han mandado hasta ahora al menos. El limonero me dá unos limones de pena cuando le da la gana; el naranjo no funciona en sus cosechas normales; la olivera va como malpuede; la higuera estuvo tirando hoja y echando higos chungos a la vez… Y es un muestreo básico y esencial, pero aplicable y extrapolable al general de la producción, y lo que eso supone para la economía de las personas y para las cosas y los casos de toda la sociedad.
…¿Desde cuándo no nos ha caído una gota?, ¿somos conscientes de lo que eso supone a todos los niveles?.. Pues no es algo circunstancial, sino que está tomando carta de naturaleza y ya estamos señalados como zona en franca desertificación, y sin marcha atrás que es peor… ¿Acaso modificamos nuestras costumbres?.. En absoluto, ni siquiera nos tomamos la molestia de ser mínimamente consecuentes… ¿Somos conscientes de la instalación de laaargos y tórridos veranos y a la casi desaparición de los inviernos?.. ¿exigimos a nuestros políticos que tomen medidas drásticas a tal respecto?..
Pues, no, todo lo contrario, les exigimos que nos faciliten nuestro hedonismo de vida y consumo, y de fiestas institucionales seguidas unas de otras en un terraceo constante, por muy negativamente que tal comportamiento nos afecte cada vez a más corto plazo… Y ellos, que están para eso precisamente, y para calentar culo en puesto bien remunerado, nos lo conceden todo porque así es más fácil engañarnos (en realidad nos engañamos nosotros solos) con las mentiras que queremos oír y creer. Esta es la sociedad que nos hemos construído entre todos… al menos en este país al que ya están pintando el cartel de Españáfrica.
Podrán acusarme de agonías, vale, claro que sí. Pero nadie ni ninguno podrá decir que falto a la verdad. Otra cosa es que adoremos a los embusteros. Y esto que digo es tan cierto que hasta los más terraplanistas se esconde debajo de la alfombra, esa que nos sirve para esconder la porquería… Y sin embargo actuamos como si esa realidad no existiera, como si fuera un incómodo fantasma en un país, un mundo, de fantasmas… Y ya no hablo de catástrofes humanas mucho más graves y que hemos hecho casi que inevitables. Antonio Guterres, el propio Secretario General de las Naciones Unidas, no tiene ya empacho en decirlo, ni se molesta en ocultarlo.
Y como estoy poniendo las cartas boca arriba, y no es mi propósito mostrarme amable ni templagáitas, tan solo decir lo que pienso y siento, afirmo que soy muy consciente de que compartiré, por mi edad, muy poco de ese inmediato futuro. Apenas los preliminares. Y que lo peor de esa factura la van a pagar unas generaciones muy poco preparadas para ello, puesto que los hemos formado para todo lo contrario, como ellos mismos a sus propios hijos; y que harían bien en empezar a concienciarse y concienciarlos para afrontar un cambio radical en sus costumbres, modos y expectativas de vida; y a cultivar una nueva escala de valores, si no en salvar lo que aún se pueda.
Otra cosa es que, visto lo que aún veo, mantenga la tímida esperanza de que se pueda conseguir. Tengo mis muchas dudas… Observo, leo, oigo al personal, jóven y mayor sin distinción, y no vislumbro ni un atisbo de un mínimo cambio: si acaso, lo expuesto por los estupefactos sociólogos en el primer párrafo: todos somos conscientes pero ninguno tomamos conciencia. Es más, tales expertos que dicen ser, no saben / no contestan, pero defienden a su señor (su nómina), y así lo confiesan… Y las Conferencias sobre el Clima son gigantescos montajes y groseras burlas solo para hacer negocios con un verde ya ceniza; y el resto de personal nos hemos dado a ser carnaza de selfie… ¿P´a cuándo el próximo Festival, tío?.. ¿p´a cuándo el próximo viaje del Inserso, tía?..
Pueden criticarme y sacarme la piel cuándo quiera y cuánto quieran… Vá a resultar que me vá a dar lo mismo. Seguiré tocando esta trompeta pseudo-apocalíptica mientras esto me parezca un suicidadero, una huída hacia adelante y yo el primero. No tenemos un flautista en Hammelin, o quizá sí, pero nos debiera dar igual, porque nosotros somos las ratas, con perdón, claro…
Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com