DICEN QUE…

Me tropecé en esas redes del diablo (y si son de él también son de Dios) un pensamiento que viajaba solo, ofreciéndose a quién quisiera leerlo, no muy desarrollado, la verdad, pero que emanaba una delicada sensibilidad y un cierto atractivo. En resúmen, lo que venía a decir es que todos los perros que tienen una persona en su vida, de alguna forma, son en parte re-encarnaciones del primero… que existe un hilo existencial entre nuestras mascotas animales desarrolladas, que traspasa la barrera del tiempo y cumple su evolución ligada a nosotros. No sé hasta qué punto será verdad, pero no deja de ser bonito.

Afirma que nuestro último perro siempre nos recordará en algunos rasgos al anterior: su forma de mirar, alguna parte de su comportamiento, en la manera de contactar contigo, siempre hay algo que te recuerda a algún camarada que le precedió en su relación contigo… Aunque esa sensación bien podemos construírla nosotros, transpolando nuestros propios recuerdos de unos a otros. En realidad, el ser humano construye su presente con materiales del pasado; y los del futuro, si lo hay, o cuando lo haya, lo erigirá con los restos del hoy. Eso es lo que me contesta mi mente racionalista, por supuesto…

También se alega que en ese pensamiento, viajero y solitario, que ese perro que le cae bien sin saber porqué, al igual que otros no, en primera impresión; ese chucho que te encuentras plantado en la puerta de tu casa; o ese otro callejero que te sigue expresamente a ti, o que, una vez admitido, congenia y se somete de manera especial, o “conecta” con un determinado miembro de la familia, es, precisamente, por algo que pasa sobre el espacio y el tiempo, sobre la vida y la muerte, que son dos polos de una misma existencia, al fin y al cabo…

Naturalmente, esa misma mente racional elabora una contestación más que plausible: en la actualidad todo el mundo sabe que las relaciones entre seres vivos, humanos con humanos, humanos con animales, e incluso con plantas, todo se desarrolla dentro de un campus energético y tejido vibracional, donde se produce tanto el rechazo como la atracción instintiva, donde se desarrollan las compatibilidades, o su contrario, etc… Y que lo mismo puede ocurrir en el encuentro de una persona con un animal que comparten la misma red de vibraciones.

Pues tampoco diré yo que no… pero aquí sí que mi otra mente posibilista le susurra a su hermana realista que quién le garantiza a ella que ese universo multivibracional, que bien puede pertenecer a una dimensión complementaria y/o paralela a la nuestra (¿de dónde vienen las emociones y las sensaciones?) no está formada de la misma energía sensitiva de cuánto se ha hecho y se ha deshecho en este mundo… Solo es un razonamiento nacido de otro razonamiento, nada más que eso. Y cualquier ser animado es también una antena, mejor o peor afinada, que nos conecta con lo que no aprecia nuestro cuerpo de materia grosera y primera, cuando no de hortera y fulera.

Ante ese empate intelectual, cualquier elucubración bien puede ser válida. La cuestión que haríamos de tener presente, es que, llegados a este punto de razonamiento, habrá que escuchar, aparte de lo que nuestras creencias nos permiten creer (valga la redundancia), lo que contemple el avance actual de nuestra ciencia. Y la ciencia actual no es otra que la física quántica, que, me barrunto, en la naturaleza del tema que nos ocupa rebosa con creces lo que nosotros llamamos lógica, y a veces, hasta lo que tenemos como sentido común.

Esto requiere una apertura de mente que no todo el mundo está dispuesto a permitirse (no hablo de poder, que todos podemos, hablo de querer, de “dejarse”)… Lo más básico y elemental en física, como en termodinámica, es que todo, y cuando digo todo es absolutamente todo, integralmente todo, holísticamente todo, desde lo más enorme a lo más diminuto, desde lo que vemos hasta lo que nos es invisible, está hecho, formado y modelado de y con una sola, misma y única sustancia, y que por ende, está interconectada: llámenla energía primordial o lo que quiera. Pongan el punto de partida en el Big Bang, o antes, o antes del antes, y eso ya solo en materia de fe…

…Pero no pierdan de vista que esa Energía también contiene y obtiene, forma y conforma, desde la inercia más absoluta que podamos imaginar. Aquí no va la materia por un lado, la voluntad del taumaturgo por otro, y el propio taumaturgo por otro. En este caso es todo lo mismo, tanto como continente como contenido… Y en esa realidad, superior y suprema, también vamos embarcados nosotros, con nuestras mínimas vidas y nuestras medianas existencias, y nuestras pequeñas subsistencias.

Lo que pasa es que nosotros, que somos minúsculas partes de un todo, aún participando de una escasa parte de esa inteligencia fragmentada, no podemos apreciar tal todo, sino las ínfimas partes al alcance de nuestra percepción… Pero desde ese todo, no se nos ve como una infinidad infinita de partes, sino como una sola Unidad… De ahí mismo que la Unidad y el Todo sean – seamos – lo mismo que sus partes.

De verdad, perdónenme, se lo ruego, si no he sabido explicárselo más fácil, clara y llanamente. Es la limitación de la escritura y mi propio ser limitado… ojalá y pudiera transmitirles cómo el Logos, Dios, el Hacedor, o lo que fuere que sea, está y reside aún en espacios más menudos y pequeños que el propio átomo, y que son, a la vez y al mismo tiempo, como todo un universo, una galaxia, un cosmos…

Y si esto es así, ¿quién puede decir que todo el género humano no está y forma parte nuestra desde que empezamos a existir como tales, así como todos aquellos modos de vida animal que evolucionan estrechamente de, con y entre nosotros?.. Dicen que nuestro hipotálamo encierra más de nosotros que nosotros mismos, y que nuestro cerebro reptiliano guarda toda la historia de la evolución de la humanidad desde que fuimos peces y reptiles hasta ahora… Y si es verdad, entonces ese pensamiento de las redes lleva razón en lo que dice.

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

Escriburgo

Durante 30 años fue vicepresidente de C.O.E.C.; durante 20 años Juez de paz; durante 15, Director de Caritas... Es autor de cinco libros. - Ha fundado varias ONG's, y actualmente es diplomado en RSC para empresas; patrón de la Fundación Entorno Slow, y Mediador Profesional.

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