Hace treinta años, los de Fertilizantes de Cartagena pegaron fuego a la Asamblea General… Para conmemorar la efemérides, los ganaderos de Lorca quisieron hacer lo mismo con su Ayuntamiento…
Pero con el Pleno reunido dentro. «Quemad el edificio«, se oyeron voces, u «os vamos a matar«, se escuchó en el violento asalto llevado a cabo por cerriles y exaltados que solo ven la democracia de su propio ombligo…
Luego, después de la barbarie, algunos dijeron que se habían pasado… pero se autojustificaron. Ese es el detalle que delata al personal y a los que los aplauden: que nada puede justificar la imposición por la fuerza. Nada. Absolutamente nada.