Me llama la conductora de mi programa de radio, Micaela, para reiniciar mi espacio radiofónico, “Desde el Mirador”, tras el paréntesis estival y de patronales, que retomamos ya mismo… Hay cambio de día y hora: serán los miércoles a las 12,30 hh , y hablaremos sobre la posibilidad de rehacer el formato o dejarlo como está, entre otras cosas, pues bien existe el viejo axioma aquel de “no mudes lo que bien funciona”, ya saben ustedes… Le pido entonces que se encarguen de anunciarlo debidamente con antelación, y me permito recordarles desde aquí, que todo aquel – o aquella – que tenga interés en seguirlos regularmente, y no pueda por incompatibilidad con el horario o día de emisión, que serán colgados en FaceBook y Twiter, además de que nos lo pueden comunicar a la emisora o a mí, que con gusto les enviaremos el “link” de los mismos cada vez que se produzcan.
Micaela y yo charlamos un poco sobre el tema de inicio de la nueva temporada, dejándolo un poco al albur de la respuesta obtenida en los publicados en mi web: www.escriburgo.com como los más interesantes según el parecer y respuesta de los que me suelen seguir… Sin embargo, a los pocos días de su anuncio, comienzo a recibir ruegos e indicaciones para distintos temas: que si algo sobre el concepto del bien y del mal; que si sobre el precio de la electricidad; que si sobre la libertad; que si sobre uno de mis últimos más polémicos, como el de “A quiénes me quieran escuchar”, que trajo su buen par de secuelas…
La verdad es que, sobre el primero, creo que ya lo he hecho en varias ocasiones en el tiempo, si bien que, siendo un tema atrayente y recurrente, a la par que universal, podríamos intentar seguir profundizando, si existe incidencia en ello… En cuanto al último (conflicto que aún colea su participación en las redes) considero que la radio es el lugar menos idóneo, en este caso, para debatirlo, dado que se trata de una emisora municipal (no independiente) y debemos respetar su naturaleza y situación, y no poner en serio compromiso a los profesionales que allí se ganan la vida… Eso no quiere decir que podamos seguir tratándolo y actualizándolo a través de estos mismos escritos, desde mi personal responsabilidad, naturalmente, y si ustedes así lo demandan…
Últimamente, el debate en las redes parecía haberse polarizado en un toma y daca entre quiénes exculpan al ayuntamiento y quiénes exculpan a la policía en el tomate de atención, vigilancia y control… Delicado asunto, que, sin embargo, su resultado es que lo sufre la ciudadanía, la que menos culpa tiene en el conflicto, pero la que paga las consecuencias… Tan solo diré que no se debe hablar de culpabilidad, pero sí de responsabilidad, si ustedes me lo permiten, por ambas partes. Nadie es culpable, pero sí responsable. Las dos partes. Responsables de solucionar un problema (el que fuera) entre ellos, pero que estamos pagando los ciudadanos… y la imagen de todo un pueblo.
Es que, miren ustedes, en un conflicto entre dos, cada cual de esos dos y sus adláteres, claro, como advierte el viejo refrán, “arrima el ascua a su sardina”, pero deberían de asumir cada cual su cuota de responsabilidad en el conflicto para dejar de perjudicar a terceros que no tienen culpa alguna en ello. Es que, cuando hay dos en conflicto, siempre hay un tercero que paga las consecuencias. Siempre ocurre así. Y cuando algo no funciona entre dos, corresponde arreglarlo a ambos… Y aquí sí que harían falta los buenos oficios de un Mediador profesional… ¡Cuidado!, que ya sé que más de uno estará a punto de soltar aquí y ahora: “ya se está vendiendo el jodío este…”, y nada más lejos de la realidad. No se equivoquen vuecencias, pues yo sería el menos adecuado para ello, pero sí que existen excelentes profesionales sobradamente capacitados…
Pero todo, absolutamente todo, lo que “aflige” a un pueblo (me remito a mis ya citadas y anteriores polémicas) en materia de comunicación/relación/participación, es abordable desde el diálogo y el acuerdo… Algo que se hecha a faltar en muchas corporaciones locales. Se me dirá que para eso está el Pleno con sus diferentes partidos, bien partidos y repartidos… Pero ahí no se dialoga, solo se compite… y esos partidarios solo miran sus propios intereses de partido, si no personales, y no los de la ciudadanía. A los frutos me remito. Y a los fritos y a los refritos también. El diálogo ya no es interpartidista, si no intropartidista, y, aún y así, existen vergonzosas “purgas”, incluso dentro de los mismos, contra personas sobradamente capacitadas pero no aceptadas, por ser adepta y no adicta (quienes saben, me entienden)…
No. Demostrado está que aquí se ponen zancadillas internas hasta de la misma facción… ¿en interés del pueblo?.. ¡qué vá!.. muy otros y distintos son los intereses… Demostrado queda que eso de la “representación popular” no funciona, pues solo se representan a sí mismos, y porque se ha excluido del diálogo a los representados, precisamente. Hit ist the question, que diría el inglés… Los ciudadanos deben entrar en los ayuntamientos en Comités representativos pero no designados “a dedo”, si no elegidos libremente entre ellos mismos. Los más aptos. Los verdaderos prímum inter pares. Ninguna lógica admite que los administrados no controlen a sus administradores. Empezando por la paga… Es más que posible que estos conflictos no existirían. Ni otros, tampoco.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
www.escriburgo.com
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