ATEÍSMOS ORTODOXOS

Estoy leyéndome el último libro de Javier Cercas, “El loco de Dios en el fin del mundo”, y, sino el mejor de cuántos ha escrito, que tampoco, pero sí que es provocador, arriesgado, y quizá un poco gamberro. Lo que es seguro: polémico y poliédrico… Él dice que el mismo Papa, de alguna determinada forma y manera, “se lo encargó”… Yo no lo sé, ni tampoco me voy a permitir afirmarlo ni negarlo, pero tampoco me extrañaría mucho que este Francisco inaprehensible pida un libro sobre Dios a una especie de ateo anticlerical y demoníaco, como Cercas gusta definirse a sí mismo. Y yo creo que se define mal por, al menos, un par de cosas:

Porque un ateo, por definición, ignora la clerecía. Ni fú ni fá… Si no existe una causa (Dios), tampoco existe el efecto. Pura y dura lógica. Se puede ser creyente y ser anticlerical, o no serlo, pero lo consecuente es que, si no se cree en algo, tampoco se mantengan los porqués de ese mismo algo. Y lo de “demoníaco” es más de lo mismo elevado al cubo: ¿cómo no se puede creer en Dios y sí creer en el Diablo?.. ¿cómo no creer en una parte de una misma e intrínseca cosa y creer en la contraria?.. Inexplicable. Y eso viene porque la gente no piensa en lo que cree; mucho menos en lo que dice, pues si meditara un poco vería su propia contradicción.

El error más general y garrafal es que se toma al “ateo” como que va contra Dios, como una especie de “antidiós”, y eso es una equivocación de lo más estúpida, ya que, ¿cómo ir contra un Diós en el que no se cree?.. La Iglesia Católica fabricó un sinónimo de ateo que le conviene: Ateo=Impío, con el fin de liquidar de un tiro entre las cejas a los que se negaban a creer en “su” Dios; sin educar a su grey que el negar a Dios no es ser su enemigo, ni mucho menos… Nos falta mucha semántica, y cuando aprendemos algo de ella, encima lo aprendemos mal, pues nos enseñan los que más desenseñan.

Cualquiera, yo mismo, para no poner a nadie en un brete, puede considerarme ateo, ¿pero ateo de qué dios?.. ¿del que me enseñan o del que aprendo?.. no, ni es igual, ni es lo mismo… Yo me veo ateo de cualquier dios que provenga de cualquier dogma de cualquier religión. Pero creo en MI Dios, al que comprendo y con el que me identifico íntimamente, y al que descubro en las experiencias de mis días en este mundo… Y creo que ese mismo camino, con matices, claro, es el que anda Javier, el del libro, para conocer y re-conocer el suyo, y tal que así lo intuyo… Y si es ese, que creo que es el mismo que Jesucristo nos describió en su Evangelio, entonces no es el dios de ninguna iglesia, pues según esa misma Iglesia no sería el Dios de todos, sino solamente el suyo… Y yo creo en que también acoge a los ateos confesos, como dicen que soy un servidor de ustedes.

Y es que ésta es otra: lo del ateísmo confeso o inconfeso… De coña ambos dos. Si yo no me confieso ateo es porque creo no serlo, aunque no me sienta homologado por la religión que me ha tocado en el reparto; ninguna tiene autoridad ni poder para establecer tales etiquetas… Y si me confieso inconfeso, es porque no tengo obligación de confesar ninguna, pero eso no quiere decir que yo no me confiese conmigo mismo… y ya de paso confieso también que no creo en el montaje de la Confesión, pero sí en el de la Recapacitación; y entonces, se basta y se sobra con uno mismo: es el confesionario que Jesús dijo que “encontraríamos dentro de uno mismo”. “Buscad y lo encontraréis”, dijo también.

El Papa Francisco también es un tanto “anticlerical”, pues choca con la Curia y con el clero en el que manda esa misma curia (que se lo pregunten a los obispos españoles, que rezan por que “su” Dios se lo lleve al cielo)… Así que no me extraña que dijera a J. Cercas lo de “escribe lo que quieras”, puesto que parece importarle más lo que no se ve – aparentemente al menos – que lo que se ve y se expone como un pavo real luce sus plumas en sus sínodos… Insiste el autor sobre su libro que “lo protagoniza el loco de Dios, y es que hay que estar un poco loco para creer lo que creen los cristianos, por tener esa fé en un “superpoder”…

Esta frase parece equívoca, y puede que lo sea a conciencia: ¿de qué loco habla, del loco de él mismo, o del loco de Dios que no puede ser, entonces, otro que el mismo Papa?.. Yo creo, personalmente, claro, que se puede aplicar a ambos dos, o a los que así pensamos y creemos. Hay un cabo suelto en esa última frase del párrafo anterior que resulta inquieta y desequilibrante: “creer lo que creen los cristianos”, dice… Pero ¿qué cristianos?, los verdaderos, auténticos y genuínos cristianos no se cuentan entre los católicos.. Los segundos apenas son unos malos e imperfectos remedos de los primeros.. ¿de qué cristianos, entonces, habla?..

Existe un cristianismo que el Cristo plantó, y al que le nacieron una serie de “ísmos”… Nuesto ísmo es el católico, apostólico y romano; lo primero por la cosa del poder (universal), lo segundo por la cosa de la legitimación (colegial), y lo tercero por la cosa del interés (eclesial). Son ísmos temporales y espurios, naturalmente, y, por ende, caducos y decadentes… Un muy avisado cura y amigo mío me dijo una vez que “cuidar de las tradiciones es la más perfecta excusa para justificar las traiciones”, y llevaba más razón que un santo bajo palio. No celebramos las procesiones, por ejemplo, nos celebramos a nosotros mismos; no adoramos a Dios, mentira, adoramos las religiones, sus peanas; y nunca, jamás, catamos el vino, sino que le cambiamos la etiqueta y subimos la botella a ser paseada en el trono. Pero no sabemos nada del contenido. Y así seguimos, por los siglos de los siglos… amén.

Pero, cuando acabe de leer el libro, les prometo a ustedes un próximo artículo…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

Escriburgo

Durante 30 años fue vicepresidente de C.O.E.C.; durante 20 años Juez de paz; durante 15, Director de Caritas... Es autor de cinco libros. - Ha fundado varias ONG's, y actualmente es diplomado en RSC para empresas; patrón de la Fundación Entorno Slow, y Mediador Profesional.

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