CSAS DE LA GNÓSIS

En las Actas Apócrifas de San Felipe (uno de los Apóstoles) se lee una invocación escrita por él poco antes de su muerte – 80 d.C. – y que comienza así: “Cristo, Padre de los Eones, Rey de la Luz, tú nos has instruido en tu sabiduría y nos has otorgado inteligencia; nos has donado el consejo de tu bondad; jamás te apartes de nosotros. Tú nos has dotado con la presencia de tu sabiduría…

La oración sigue, pero es suficiente este principio para identificarlo como de raíces claramente gnósticas… El citar tan solo que los “Eones”, ya lo demuestra sobradamente, y la demanda de instrucción e inteligencia, como la invocación a la sabiduría, concuerda de lleno con la valoración del conocimiento, que es la base del gnosticismo. La raíz griega “gnosis”, significa precisamente eso: “conocimiento”, no descreimiento, como se ha esforzado siempre la católica en calificar todo lo gnóstico, con la burda simpleza de anteponerle el prefijo “a” (a-gnóstico) que es de lo contrario, esto es, de negación, haciendo ladinamente sinónimo agnosticismo con ateísmo.

Este apóstol, precisamente, es al que Jesús dijo “Sígueme”, y fue el que contestó “déjame que antes entierre a mi padre, que acaba de morir”, provocando la enigmática (¿?) sentencia “deja que los muertos entierren a sus muertos”… Como verán, puro conocimiento oculto, o sea, puro gnósticismo, Dá la casualidad también – o la causalidad – que es el mismo apóstol que, dentro de su formación, inquiere a su maestro: “Señor, muéstranos al Padre, y con eso nos basta”, contestándole con cansancio el galileo: “¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe?”… Juan (14.9-11) lo explica muy bien: “el que me ha visto a Mí ha visto al Padre, ¿cómo dices tú “muéstranos al Padre?..”

Naturalmente que un servidor de las monjas puede estar equivocado, jamás negaré tal posibilidad, pero cada vez estoy más seguro y convencido de que la figura de Jesucristo entraña más, mucho más, muchísimo más, de lo que la Iglesia ha mostrado de ella, mutilando su Mensaje; y que nuestra percepción generalizada de Él es menos, mucho menos, muchísimo menos, de lo que nos han enseñado… o ha convenido mostrarnos a los llamados “creyentes” en tan solo que hacernos “practicantes” de un ritual pegado a unos dogmas establecidos, pero no traspasados. Aquí parece darse el timo del tocomocho: se pega el cambiazo al conocimiento por tradición y procesión, y todos tan contentos.

Y eso es lo que hay… y eso es lo que tenemos, porque eso es, precisamente, lo que queremos. Y de esto no hay tampoco mucho más que hablar, estimados fráteres. Si nos desprendemos de los prejuicios del alma y las telarañas de los ojos, y colocamos las catequesis recibidas en su justo lugar, tan solo hay que leer todo evangelio, protoevangelio, crónica, acta, apócrifo, gnóstico, sinóptico, canónico, y lo que salga; y luego comparar el contenido de todos con los “capados” y tapados, del Cánon…

La riqueza, conocimiento y profundidad de la totalidad contrasta con la pobreza, estrechez y simplicidad de los “oficiales canónicos”. Y eso es por la manipulación e imposición que los despojó de la mayor parte del conocimiento – gnosis – que, sin duda alguna, impartió Jesús entre los suyos, y que ha quedado como “oculto” para la inmensa mayoría de unos “fieles” (más fieles a la Iglesia que a Él mismo)… De hecho, me barrunto (personal question) que los Archivos Vaticanos esconden infinitamente más información que la que cuelan a sus consumidores.

El cribado de los primeros concilios: Nicea, Elvira, Constantinopla, luego, más tarde, Trento, tuvo que ser pavoroso. En aquella época se destruía cuánto se encontraba y se perseguía cuánto se ocultaba, solo por contravenir a su establecido cánon… Después, todo lo aparecido en las cuevas del Mar Muerto, en Israel, fueron contenidos monopolizados por la iglesia romana, a través de sus instituciones tentaculares… En los hallazgos de Nag Hammadí, afortunadamente una buena parte documental fue a parar a estudiosos y expertos independientes, como la National Geographic, que ha venido a enriquecer el acervo cultural de los que hemos bebido de ellos…

…Pero que para más de dos mil millones de católicos no existen, por ignorancia voluntariamente asumida, claro. Tampoco la Iglesia como institución los reconoce, y por eso la autoimpuesta incultura del fielato, naturalmente. Por supuesto que todo es cambiante y nada estático hay en el universo… En la actualidad, lo que prima es una cuasi general desidia cultural y de conocimiento en todos los sentidos. La gente pasa olímpicamente de cualquier tema con la mínima trascendentalidad de contenido; al personal le importa todo un grandísimo bledo; no quiere buscar porque no quiere encontrar, y prefiere comprar cuánto le vendan a cambio de tradicionar, traicionar y procesionar; de seguir el rito a base de tambor y pito.

Ésta, y no otra, es la situación actual del mundo y su humanidad. Los poderes fácticos: económicos, políticos y religiosos, procuran mantener al ser humano dentro de un redil donde las creencias y las apetencias se mantengan controladas. El hombre ha de tener el estómago lleno y el cerebro ocupado, pero saben que lo segundo es más importante que lo primero, y para eso existe un arma aliada muy poderosa: el miedo y el sometimiento… Si el miedo (la amenaza constante) se tiene suspendida como espada de Damocles, el personal no se mueve, acepta los mitos como ritos, y practican el “dame pan y dime tonto” del hombre adocenado… y así el cerebro es ocupado.

Pero hay algo fundamental para lograr tal objetivo: mantenerlo ignorante, lejos del conocimiento; procurar que no se instruya, que no conozca, que se mantenga cerrado a lo del buscar para encontrar… La persona instruida es peligrosa, y la que no, es manejable; y, lo que aún es peor: el ser manejados nos da (falsa) seguridad, de alguna manera nos sentimos arropados… pero no vemos que estamos siendo envenenados.

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

Escriburgo

Durante 30 años fue vicepresidente de C.O.E.C.; durante 20 años Juez de paz; durante 15, Director de Caritas... Es autor de cinco libros. - Ha fundado varias ONG's, y actualmente es diplomado en RSC para empresas; patrón de la Fundación Entorno Slow, y Mediador Profesional.

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