
Las fotos de los niños llorando con un plato vacío en las manos, agolpados tras el paso de Rafah pidiendo comida, me hace daño. Mucho daño… No quiero mirarlos, pero ellos me miran a mí, aún con mis ojos cerrados.
Y me digo que todos somos culpables. Yo también. No solo los políticos que hacen lo que no deben y no hacen lo que deben. También los que nos callamos porque no queremos compartir lo que tenemos, dónde estamos y lo que somos…
Están los que matan en directo, y estamos los que dejamos morir de hambre en diferido… Si nosotros elegimos a los que hacen lo que hacen, somos tan culpables como ellos. Lo siento, pero así me siento.
Miguel Galindo Sánchez / www.galindofi.com / miguel@galindofi.com