
de Miguel Galindo Sánchez
PARA MURCIAECONOMÍA
Si se molestan en rescatar, como un solo ejemplo, a La Opinión del 15/11 último, verán que, en portada y en un par de interiores a toda página, recogen, como primicia informativa, y por motivos, claro, de la última dana valenciana, todo lo que, a través del mismo medio casualmente, empecé yo a largar hace más de un cuarto de siglo, por lo menos. Resulta sorprendente el distinto tratamiento dado a la misma y exacta información, de entonces a hoy. Y ya no solo por cuestión de justicia, ya que no por vergüenza, sino aunque solo sea por rendir un mínimo reconocimiento a la puñetera verdad… Pero, bueno, tampoco es plan de pedir peras al olmo, mucho menos al alcornoque.
En cabeza de primera página con “demasiadas Zonas Cero”, ya cita una retahíla de puntos de nuestra región y Comarca del Campo de Cartagena, que ya hace casi tres décadas se sabían (ya los científicos empezaban a publicar la imparable tendencia) y yo lo repetía en mis columnas de entonces, cosechando risas y sonrisas, y cachondeos por doquier… Ahora hasta dice (cita textual): “el boom de la construcción a lo largo de décadas en distintos municipios ha generado urbanizaciones en zonas de riesgo de inundación, reflejadas por los expertos en los últimos mapas cartográficos”.
Naturalmente, eso lo dicen ahora, a toro pasado y casi amortizado, pero se lo callaron cuando lo supieron, porque les pillaba en plena faena, ya saben, construyendo el negocio… Cuando yo decía todo esto en ciertos foros, me llamaban Isaac Asimov, y se andaban levantando el Palé a toda prisa. Por eso, leerlo en detalle y destacado ahora me produce cierta náusea; además de salir la sempiterna pregunta: los medios dicen estar para informar, sí, pero ¿a las órdenes de quiénes les dictan el cuándo y el cómo hacerlo?.. Toda esta información que ahora empieza a fluir ya llega tarde. Viene como aviso de lo que va a pasar, para que nos preparemos; pero no se hizo en su momento, en que algo hubiéramos podido evitar.
Por eso sorprende leer en letra grande gorda: “la burbuja del ladrillo en la Región se cimentó sobre suelo inundable”. Indignante, ya que justo eso se sabía antes… “Murcia es la zona en la que los mapas señalan más peligrosidad por inundación de toda la Comunidad, aunque hay más casos”, aún detalla a mayor inri y recochineo, y citan la zona de la huerta en Murcia; en Cartagena la Rambla de Benipila y la parte norte de Alfonso XIII; en Lorca el cauce del río Guadalentín, etc., etc., etc. Es de interés citar una nota: “una directiva de la Unión Europea obligó a realizar los mapas de riesgo de zonas inundables”. Pero no dicen que antes de que existiera tal obligación ya practicábamos la inacción.
Uno de los puntos más sangrantes es lo de La Manga, y, de retruque, el Mar Menor… Cuando yo escribía entonces que el ya previsto aumento del nivel del mar por el efecto invernadero – muy activo entonces, y ahora más – podía inundarla y llevarse al traste todo lo en construcción, el pitorreo resultaba clamoroso; hasta los más cercanos se reían a mandíbula batiente de mis chistosas ocurrencias. Hasta se llegó a acusarme de catastrofismo… Hoy, anuncian bajo el epígrafe “el Mar Menor y La Manga, con alto riesgo fluvial y marítimo” exactamente todo lo que entonces se apuntaba: “la costa en la región ante la amenaza de la crecida del mar”.
Ítem más: “Desde la publicación de los mapas en 2015 hay algo de más control sobre la construcción de nuevas casas”…Esto es, hace apenas nueve años que se está tomando algo en serio lo que se sabía con toda certeza, y que ya hoy no admite ningún género de dudas. Acojonante, tita Violante… Sin embargo, en todos los puntos que recoge esa información que se vierte, que es prácticamente todo el litoral costero con nombre y apellidos, no se para de construir y de proyectar nuevas urbanizaciones.
Pero lo más escalofriante de todo es la siguiente afirmación: “Los científicos se sorprenden de que la población desconozca el riesgo de sus viviendas”…Osea, la culpa es de la población, de la gente, del personal, del ciudadano. No es de los promotores que se enriquecen, de la administración que lo permite, ni de los políticos que lo favorecen; los responsables son los que se compran la casa junto a, o en plena rambla. Naturalmente. Cuando se la lleve la riada, y a sus familiares con ella, ellos serán los responsables… por gilipollas.
Y yo no voy a negar que todos tengamos nuestra parte de responsabilidad en ello, por supuesto que la tenemos, claro que sí… Somos así, nos compramos casa junto a la vía del tren, pegada a un aeropuerto, junto a torrentes, y luego vamos corriendo a quejarnos del ruido o de la riada. Somos así de espesos, y también participábamos en la juerga cuando nos advertían antes de lo que iba a pasar… Pero, entonces, ¿para qué están los funcionarios, los políticos, los que administran leyes y normas, y cobran sus buenos sueldos por ello?.. Como siempre, la culpa fue, es y será nuestra. Por tontos. Esa opinión que expresan los científicos es porque no entienden que eso pasa porque nos fiamos de los que nos gobiernan, por un lado, y por otro, nos despreocupamos también de lo que habría de preocuparnos: ellos lo ganan todo, y nosotros lo perdemos todo… Y encima, claro, la culpa es nuestra… y sí, naturalmente que lo es…