La democracia ha coronado a quien quiere eliminar la democracia, ¡viva la democracia!.. Esperable, aunque incomprensible, América, la nación demócrata desde que nació, le da la puntilla a la democracia. Las primeras palabras del recién electo Trump: “Dios me ha salvado para que yo salve a América”. Cojonudo. Un psicópata visionario y enloquecido asociado a Dios resulta imbatible. No sé si es lo que el mundo necesita (nos vamos a enterar) pero es lo que el mundo quiere. Un prepotente magnate y mangante, delincuente confeso, rey de los embustes, misógino criminal, maleducado hasta la náusea, racista hasta la médula, vengativo, cruel, golpista y violento… Todo esto y unas cuantas cosas más es Donald Trump. El cómo una nación como EE.UU. puede elegir en las urnas a semejante sujeto es un misterio que será digno de estudio durante siglos. Prometo leerme cuánto se publique al respecto, a ver si logro entenderlo.
En principio, podríamos estar equivocados, y que su primer mandato no fuera mas que un espejismo de la realidad. Pero, si le echamos una ojeada a los Atilas más grandes del mundo que se han alegrado con su elección (dijo que si no salía elegido tomaría el poder por la fuerza y correría la sangre) nos daremos cuenta del caballo electo. Por su corte se conoce al soberano: Putin, Netanyahu, Meloni, Orban, Milei y todos los sátrapas gobernantes del mundo, y todo antidemócrata convicto y confeso… Aquí, en nuestro solar, todo el facherío extremo desde Vox al de Se acabó la Fiesta, pasando por buena parte del PP, todos mean agua bendita con su salida a escena. Si esa es la gentecica que portan el trono del santo, imagínense al santo. E imagínense lo que se nos viene encima. Está formando un gobierno en base a delincuentes y sinvergüenzas.
El dinero es, y siempre lo ha sido, como siempre lo será, el actor y factor más poderoso, y, a la vez, más cobarde del mundo; y es quién primero acusa el golpe: la Bolsa de EE.UU. ha subido como por un resorte, lo que demuestra que las oligarquías financieras económicas han elegido a este Gengis Khan, cuya punta de lanza es Elon Musk, el hombre más rico del mundo; y las de Europa han sufrido un serio varapalo. Por ahí van los primeros tiros. Por los bolsillos… Este Rocinante anunció subidas brutales de aranceles a la importación (para nosotros, exportación). El meneo económico vá a ser descomunal si lleva a cabo la amenaza, en un mundo de producción masiva de bienes y economía abierta, aunque, a la larga, el boomerang también golpee con fuerza a su propia economía. Pero eso, los gilipuertas que lo han votado no quieren saberlo.
Para China, un enemigo político, pero a la vez un gigante productivo de primer orden, en un momento en que su economía expansiva parece vacilar, Trump alberga más temores que esperanzas, y más en un personaje anómalo, de arranques imprevisibles, falto de toda cultura y exento de toda inteligencia que no sea la bruta. Un rucio ignorante si sus valedores no son capaces de frenarlo. Fíjense que solo en esta escueta y apartada orilla donjuanesca que es Murcia-Región, ¡qué fermosa eres!, ya han empezado a cuajar los lamentos y las oraciones al Altísimo… Vino, queso, especias, golosinas, envases, muebles, hortalizas, embutidos, y qué sé yo, se han puesto a temblar y a llorar… y a pedir ayudicas (pónganse a la cola). Yo, como soy un pobre lerdo, se me ocurre, infeliz de mí, que a lo mejor sirve para que se nos abarate la cesta de la compra, que no hay mal que por bien no venga, ni desgracia que mil años dure…
Y donde van a tener que reinventarse (reinventarnos, ya que nosotros estamos metidos) es en la Otan… Con la que nos está cayendo y que se nos largue el socio prioritario. Rusia nos va a zumbar por los cuatro costados, y nos van a faltar piernas para esconder el rabo. Pero nos está bien empleados por tontos. Cuando el troll este ocupó la Casa Blanca hace cuatro años ya nos enseñó la zarpa por debajo la puerta y nos mandó un aviso. Europa tenía que haber desarrollado su propio potencial defensivo sin contar con un eventual socio de transición trasatlántico, restos de la II Guerra Mundial. Y no lo hizo. Ahora habrá que pagar las consecuencias.
En fin, es llegado el momento en que, como dice el refrán, cada perrico se lama su… hocico, al cual más bonico. Pero a mí, que la llamada globalización se resienta un poco con las coces de este jumento, la verdad es que no me importa gran cosa; pero lo que sí me preocupa, y mucho, es la alianza mundial de burros unidos jamás serán vencidos. Eso sí que me quita el sueño. El inmenso daño que pueden – que van – a hacer a los derechos humanos; la de cientos de miles de vidas que sus políticas van a segar; el fascismo desencadenado que entre todos van a sembrar, es lo que no me hace ninguna gracia. De hecho, me dá miedo, por ejemplo, ver cómo Abascal afila su colmillo por el resultado, y comprobar el botafumeiro pario que lo mantiene encaramado.
Pero crea lo que yo crea y piense lo que yo piense, también estoy convencido de que nada se produce en el mundo sin un origen, in un porqué… Y estoy seguro que no se dan efectos sin causas, pues es una ley universal. Y si esto tiene que sufrirlo el mundo, es, sin duda alguna, porque nos lo hemos buscado aplicadamente; que esta plaga fachobíblica es la consecuencia de un algo. Y lo es. Cuando en las naciones del mundo estamos votando y aupando a semejantes humanoides, y preferimos apoyarnos en las mentiras, los bulos y los embustes de cuánto dicen, es porque no aprendimos la lección de nuestra Historia que debíamos haber aprendido… y, naturalmente, hemos de repetirla de algún modo. Por eso nos hemos rodeado de tahúres y pistoleros.
“No importan las armas que haya; lo que importa son las personas capaces de apretar el gatillo”. (Albert Einstein).