
El Amor no es lo que todos conocemos por amor, sino todo lo contrario. Es absolutamente lo opuesto. Amor es la fuerza armónica por la que se mueve todo el universo, y nuestro amor es una fuerza de atracción posesiva.
Lo posesivo es egoísmo y lo armónico es generosidad. No pueden ser las dos cosas lo mismo aunque se llamen igual.
En la creación existe lo sublime y lo grosero, si bien ambas cosas están formadas – o deformadas – con, y de la misma energía. La manifestación de que lo igual arriba produce lo opuesto abajo. Son reflejos contrarios en un mismo espejo. Como Amor y Roma.
Miguel Galindo Sánchez / www.galindofi.com / miguel@galindofi.com