A poco que cualquiera ponga un solo cuartillo de mirada crítica en uno de los TeleDiarios que jalonan una jornada juliana (tampoco varían tanto en cualquier otro mes, salvo el cromo del álbum que convenga pulsar), se fijará en los patrones en que se basa un programa etiquetado de “Informativo”, además, claro, en este caso, también de “público”… En otros países de nuestro occidente europeo, las cadenas públicas existen precisamente para garantizar a la ciudadanía el equilibrio y la seriedad; la garantía de respeto y no manipulación de las noticias y contenidos frente a las de los posibles intereses establecidos por las privadas… En nuestro caso, juzguen por ustedes mismos a ver si no es al contrario.
Cada bloque informativo (se repite como un clon en cada edición) suele dividirse invariablemente en la noticia del rifirrafe último entre nuestros políticos como menú de semana; la cumplida cartelera de festivales de basureo catatónico que nos afanamos en copar nuestra geografía peninsular; la ocupación hostelera del puente o vacación, con derroche camarero-playero y estado del tráfico en las carreteras; si es que ha llovido lo imprevisto con detalle del natural en cada pueblo de cada autonomía afectada; si existe competición internacional-deportiva (este verano habemus dos seguidas), con derroche repetinformativo hasta la hartura más escatológica… Y, en medio del lote, metiéndolo con calzas, información puntual del par de guerras de aniquilación que llevamos en danza; o de alguna parida nacional o internacional breve que estimen de oportuna cabida.
Por ejemplo concreto y demostrable, el del día que escribo esta tontez: La ensalada aliñada entre PP y VOX con crisis de pactos autonómicos por montera y amenaza de divorcio incluido, por causa del reparto de 368 “menas” de Canarias por el resto de España. Nada menos. Para mí es el más escandaloso, ruin y vergonzoso racismo llevado a la práctica tanto por los políticos oponentes como por sus votantes, correveydiles, apoyadores y justificadores… Donde hemos acogido a más de 62.000 jóvenes ucranianos, sin que nada pasara ni se tambalearan los cimientos del Estado, ahora tiembla el monario por trescientos y pico zagales con más ganas de trabajar que hambre, que ya es decir… Pero, claro, aquí no hay xenofobia, ¡qué vá..!.
La semana de referencia tocaron San Fermines. Mañana, tarde y noche, un día tras otro, repitiendo la misma sandez informativa y la misma estupidez descriptiva de encerrar en una calle a tarados y astados corriendo juntos; y vender todo el botelloneo de marca “pañuelo colorao” que lleva a su alrededor, con sus abusos y secuelas, como la cosa más graciosa del mundo… Y esa gilipolluá es institucional en nuestro medio; como las fallas valencianas, el albero sevillano, tomatina de villano o vino jumillano, o la matraca que toque, largada hasta la angustia como alimento de imbéciles. Cuanto más anodina sea la cosa, mejor es el caso… Aún no he logrado saber el motivo oculto de esta estrategia cutre y vacía de cebarnos con tan bajo nivel cultural, y que consume buena parte de los informativos… Por supuesto, una cumplida guía del ocio con promiscuidad de festivalerío por todo cráneo vacío, en el que somos líderes europeos en amogollonamientos antiambientales. Sin pararse en barras pero con mucha barra, óigan.
No existe TeleDiario que se precie que no proclame cómo le vá a la patronacional Ntra. Sra. de la Hostelería… Si hay puente, o vacacioneo, o como si no, el detalle del terraceo, el nivel de la ocupación y el bareo tiene su siempre muy buen cumplido espacio en sesión contínua… ¿tanto dependemos de tal sector que se ha hecho indispensable en los medios?.. Pues a lo mejor sí, y no nos hemos enterao, bacalao. O a lo peor es tan solo que una estrategia comecocos. Pero aquí no se abre un informativo sin saber el índice de trabajo de los camareros. Y, además, con detalle territorial de primera mano, esto es: clientelar.
No digo nada si ha habido nube de agua, nieve o granizo; o si el termómetro agarra los 40 principales… El repaso por cada comunidad contando y cantando la ocurrencia climática es general y detallada, en que hay más locutores que colectores. Uno en cada pueblo y esquina engatillando a un vecino o vecina. Y si luego hay que darle otro repaso en “El Tiempo”, pues se vuelve a repetir, y en paz… El bloque de deportes es generoso, y si además existe, como en el caso del ejemplo, una Eurocopa u Olímpicos de por medio, no existe medida: no solo tres veces al día, sino en cada emisión y edición, desde que empieza hasta que termina, en que cada 5 minutos vuelven con el mismo pastizal y pestizal con cada vez más intrascendentes e idiotas “noticias”.
Entre todo este montaje fijonominativo fluyen las noticias puntuales de un par de guerras atroces e inhumanas; las “meteduras a cuña” de algún internacional de interés, y de cómo llevamos lo de Europa entre fiestas, deportes y pasaportes. El nicho cultural se reduce a los grupos y artistas que ocupan todas las plazas de toros en verano, que, naturalmente, es lo único que toca en este juego de la oca…Si usted que me lee (ya no digo nada si es de los que me siguen) se molesta en medir los tiempos empleados en la información destinada al amogollonamiento mental, comprobará que, en un TeleDenario generoso, un 20% es información y un 80% es desinformación. A veces, no llega ni a eso.
En el párrafo anterior no he cometido errata alguna al escribir TeleDenario. En realidad es lo que es, y así deberían llamarse y ser conocidos por su nombre real. Al fin y al cabo los que los elaboran le dan al César lo que el César les paga para que se lo hagan… Si se fijan en las cadenas autonómicas el descaro resulta flagrante pues, aparte la desinformación suministrada, el peloteo besacular al rey/reina del panal regional es empalagoso, cuando no asqueroso. Y eso puede comprobarse en todas y cada una de las emisiones, donde los programas festejopopulares son de un tercermundismo mental y cultural que espanta…Sin embargo, la gente está contenta y satisfecha, y traga con gusto y placer, y hasta aplaude el ya predigerido pienso…
Luego eso quiere decir que yo soy reo de hostiones como jamones… Y no crean que no los espero, que vendrán, vendrán tras de éste. Siempre que se suelta una verdad desde lo más profundo de las tripas (como en una colonoscopia), esto es: con absoluta sinceridad y sin el más mínimo disimulo, la gente suele darse por aludida, y se molesta. Se da por retratada cuando yo no los retrato a ellos, sino al paisaje. Pero se meten por en medio y forman paisanaje… Y entonces hay gentío, no personas. Yo no tengo la culpa, como ustedes comprenderán, y si es que quieren, o pueden, entenderlo, claro.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com