EVA

(de BBC)

Me están calentando la oreja feministas y no feministas, conformistas e inconformistas, elitistas y cupletistas, tanto a favor como en contra, por la… digamos defensa de lo femenino (no del femenismo, aunque muchos y muchas confundan lo uno con lo otro), cuando, en un par de ocasiones o tres, he tratado de explicar que la mujer no nació de la costilla del hombre, como tampoco el hombre nació de ninguna otra costilla; que no fue una extracción, si no una separación. Una separación de dos iguales que conforman una misma unidad: uno al lado del otro (coté, en francés, significa eso mismo), uno junto al otro, ambos unidos, los dos en uno… pero sin que ninguno procediera de ninguno, y, sobre todo, sin que ninguno precediera a ninguno. Más o menos…

El contar el cuento del modo que una de las partes dependiera de la otra, estuviese sometida a la otra, no es, ni más ni menos, que un artificio emanado de un sacerdocio machista, espantado con la posibilidad de que la historia se escribiera como que el hombre, en un principio, estaba supeditado a la mujer, aunque solo fuera por la razón, de toda lógica y sentido común, de que el principio creador es femenino… Estoy hablando, naturalmente, no de sexos (eso vino después) si no de principios: masculino y femenino, como fuerzas creativas. Lo demás, que es accesorio, un complemento físico, vino luego.

Si nos vamos a la raíz etimológica de “útero”, viene del latín “úterus”, fácil ¿no?.. Y su traducción es molde, receptáculo, matriz; y también modelo, medida. Pero, ¡cuidado!, también significa “matraz”, (matriz y matraz tienen la misma raíz), cuyo significado es, ajustándonos lo máximo posible a su realidad: “recipiente donde se destila todo metal noble salido de la tierra”. Y no se nos olvide que ese mismo Génesis nos dice que el hombre es “nacido”, formado, del barro de la tierra. Y es que, en la Edad Media, el matraz era el receptáculo dónde se realizaba el noble arte puro de la alquimia… Ahora sumen y dividan, dos y dos, a ver qué sale.

Dicho en román paladino, y me disculpen los delicados/as de espíritu: si la mujer salió de la costilla del hombre, entonces, ¿de qué c…nació el hombre?, y cambien ese c… por “úterus”. En otras más antiguas religiones brahmánicas se dice que, la mujer (principio creador por receptor) se quedó prendada del principio transmisor (llámelo, si así lo quiere, Dios) – no Bond, James Bond – y se preñó a sí misma en su deseo (amor), dando a luz al hombre… Otras culturas y civilizaciones, como la sumeria por ejemplo, la llamaron Lilith, que significa “aliento”…Por cierto, otra cosa: ¿qué dice nuestra Escritura sobre el “soplo”, o aliento, que recibió el ser “hombre” para convertirse en humano?.. Y, por si aún les queda alguna duda, que no lo dudo, sepan vuesas mercedes que Eva proviene del antiguo y primitivo hebreo “Nin”, que significa “vida”. Ni más ni menos.

Bien, dames et monsieurs, me parece ver que alguno o alguna levanta ceja y dedo, como pillándome en un renuncio, e interrogándome: “vale, listo, nos has dicho el significado del nombre Eva, pero te has callado el de Adán”… Pues, etimológicamente, la palabra es semita, “Adaná”, que significa “persona”. Pero lo que quiero que piensen ustedes, es que, por casualidad o por causalidad, el nombre de Adán recoge las tres letras ADN con que se reconoce a la genética humana… y hermana.

Llegados a este punto, es cuando se rompe el matraz y se vierten todos los humores feminóides habidos y por haber, retenidos y por retener… Tengo seguidoras que me lanzan la “uve” de la copa (grial) y victoria, asociando mi ocurrencia al triunfo del feminismo mal entendido. Lo siento, cielos, pero no es esa mi intención… Hay otras que se me amohínan porque aducen que esa no es la “Palabra de Dios”, y no tienen por qué ni siquiera escucharme ni leerme, y yo las respeto mucho, y están en su derecho, aunque no comparta tal sumisión, ya que pienso, y no sin razón, que no es “palabra de Dios”, si no “palabra de Iglesia”… Y luego existen unas terceras, las más reflexivas quizás, que dicen que las he puesto a pensar, pero que tienen miedo de pensar. A esas les digo, que Dios nos creó “pensantes”, precisamente para que buscáramos si queríamos encontrar.

Esa es la confusa siembra de mi extraña cosecha. Pero me conformo. No estoy aquí para recolectar adeptos, ni adeptas, no recibo comisión alguna por ello, ¡menuda ruína!. No, no es eso. Tan solo intento transmitir, y compartir mi plato de lentejas, con cuantos – aún – me leen y quieran seguir leyéndome y escuchándome… Lo demás, la verdad, es que me importa bien poco. Por lo menos en lo que a mí respecta. Tan solo hago lo que creo que debo.

Existen verdades universales que fueron (y siguen siendo) ocultadas, manipuladas y transformadas ante el general de la humanidad, por una minoría de los suyos, a fin de anularles el conocimiento y hacerse con su voluntad y gobierno a través de la ignorancia y el miedo; cambiando el sentido de la lógica y haciendo de ésta el menos común de los sentidos; y construyendo normas y dogmas inapelables. Las mejores cadenas para hacerlo es esclavizando a los ritos, a las costumbres y a las tradiciones como si fueran sagradas, mientras ellos conservan en exclusiva la interpretación de todo lo divino. El secreto está en hacérnoslo creer, y su éxito en que nos lo hemos creído. ¿Cómo?.. pues no dejándonos pensar por nosotros mismos, si no dándonoslo todo pensado. Ya saben: palabra de Dios.

Escriburgo

Durante 30 años fue vicepresidente de C.O.E.C.; durante 20 años Juez de paz; durante 15, Director de Caritas... Es autor de cinco libros. - Ha fundado varias ONG's, y actualmente es diplomado en RSC para empresas; patrón de la Fundación Entorno Slow, y Mediador Profesional.

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