Mucha gente confunde la consciencia y la conciencia. Y no es lo mismo… Se puede ser consciente de algo y no tener conciencia de ello… Tener consciencia de lo que hacemos y carecer de conciencia por lo que hacemos. No son conceptos iguales. El uno es mecánico, casi que automático, y el otro es ético, moral, aún reconociendo que lo moral o lo ético son productos de las sociedades, de las culturas, de las civilizaciones…
La mente es el engranaje que desarrolla la consciencia. Nada más nacer a este mundo, a esta realidad, empezamos a tomar consciencia de las primeras impresiones, que van creciendo y ampliándose hasta que morimos a esa misma realidad. Es un proceso vital, que, en mayor o menor nivel, lo tiene todo bicho viviente. La consciencia es el notario que levanta acta sin juzgar el acto… El que juzga el acto es la conciencia. Por eso mismo que son cosas distintas, sensaciones diferentes… La conciencia es una función más sutil que la consciencia, y solo aparece – al menos aparentemente – en el ser humano. Un tigre es perfectamente consciente de cuando muerde, pero no tiene conciencia de las causas, mucho menos de las consecuencias, de si eso es bueno o malo… esto es labor de la conciencia, y él no dispone de tal mecanismo… Un asesino es consciente de sus hechos, y, normalmente, tiene conciencia de los mismos. Es la enorme diferencia.
Toco este tema a cuento del triste y horroroso caso del padre que ha matado a sus dos hijas pequeñas… En la casi totalidad de los medios se ha calificado como un hombre sin conciencia. Pero eso es falso. Esa persona tenía plena conciencia de lo que hacía y del por qué lo hacía: deseaba causar a su exmujer el mayor sufrimiento posible, y ese ansia desmedida y malsana estaba por encima de sus propios parámetros, tanto razonables como racionales (que, por cierto, tampoco son lo mismo)… Pero conciencia, claro que tenía, y sabía perfectamente los motivos de sus hechos. Esto lo pongo solo a modo de ejemplo de lo que quiero dar a entender.
Sin embargo, sé que, en este punto, puedo aparentar una gran contradicción: al principio digo que se puede tener consciencia y no conciencia, y con el ejemplo escogido estoy estableciendo que todo ser humano tiene conciencia de lo que hace, sea ésta buena o mala conciencia, o incluso aunque actúe en contra de la propia conciencia. Es cierto. Un lapsus que cometemos mucho a la hora de querer expresar algo con fuerza, que no lo matizamos: “es una persona sin conciencia”, decimos, cuando queremos decir que no la tiene desarrollada, o que es de una conciencia elemental, o que tiene su conciencia enferma, como para darse cuenta cabal de lo que hace, o que sí que la tiene…
Pero es el sutil salto evolutivo del animal al humano. Ambos tienen consciencia, pero solo uno tiene conciencia. Una conciencia más o menos formada, pero la tiene. Al menos, tiene la capacidad de tenerla y obtenerla… Tan es así que todos y cada uno de nosotros tenemos conciencia hasta de nosotros mismos, como poco. Nos reconocemos un valor personal y único, y cada cual sabe quién es además de lo que es… La diferencia la explica ese viejo chiste de los funcionarios. Permítanme que lo exponga, sin que me lo tomen a mal, pues es tan solo a título de ejemplo:
Dicen que los funcionarios suelen ser ateos porque saben que no existe una vida mejor… Aparte lo malicioso del comentario, se aclara perfectamente que aquí, el individuo tiene consciencia de ser lo que es, o sea, funcionario, por lo que adquiere conciencia de disfrutar de la mejor vida posible. Consciencia y conciencia… Puedo intentar explicarlo de otra manera: la consciencia es un acto intrínseco de todo ser vivo, que no es moralmente valorado. Cuando se empieza a valorar, aparece la conciencia. Los creyentes ven la diferencia, quizá, entre el alma y el espíritu. Puede valer. Lo cierto es que la conciencia es un valor añadido a la consciencia.
No sé si habré sabido exponer con la suficiente claridad la diferencia entre la una y la otra, como tampoco sé si hoy les habré aburrido soberanamente… Quizá que me haya inclinado por un tema que, aún conscientemente, no tengo plena conciencia del interés de ustedes que me leen. En caso de que nonis, ruego entonces que me perdonen por tal paliza… Pero es que he leído un artículo por ahí en que científicos andan moviendo y removiendo el córtex cerebral en busca del asiento de la conciencia… Y me suena a puro frankensteísmo. Me da repelús, qué quieren que les diga… Y pienso que el órgano que induce a la primera, por ahí andará, pero en cuanto a la segunda, yo la imagino como la memoria donde colgamos todas nuestras paridas y/o experiencias, como ésta misma, en la “Nube”. Y la conciencia es algo que siempre está en las nubes…
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