LAS CUENTAS DEL CUENTO

 

Muchas veces he contado el
cuento aquél del que llega a un pueblo una tarde, para en su hostal y paga la
reserva de cien euros; el de la pensión los coge y enjuga su deuda con el
panadero; el panadero hace lo mismo con el lechero; éste con el del taller
mecánico; el del taller con la madame; ésta con el hombre del hostal; y éste se
los devuelve al cliente, que al final sigue su viaje… Los cien euros rotatorios
ha resuelto una deuda global de 500 euros y ha dejado a los de la aldea libres
de trampas entre ellos. Es el ejemplo más sencillo y elemental de la llamada “economía
circular
”, donde todo un colectivo social vive y se beneficia moviendo
entre ellos el beneficio de su propio trabajo.

Se me dirá que es un ejemplo
simplista, que luego están los impuestos y todo eso. Cierto. Antes se pagaban
unos “derechos reales” por lo que tenías: una casa, un almacén, un
molino, una granja… Luego te ponían otro por los beneficios que obtenías sobre
tu trabajo. Eran más o menos justos. Pero después vinieron otros que te los
imponían cada vez que movías el dinero, ganaras o perdieras en ello. Empezó a
llamársele Ite (Impuesto de Trabajo de Empresas) y acabó con el nombre de Iva (Impuesto
sobre el Valor Añadido), sumados a otros igualmente abusivos e injustos.

El tal, empezó con un 4%, y
ya sobrepasa el 20%… Naturalmente, si lo aplicamos al ejemplo del primer
párrafo en su cascada natural, los cien euros general 125 euros adicionales de
impuestos, muchos más que el propio importe inicial, un plus sobreañadido del
125% en este caso concreto; muchísimo más que la ganancia que los que viven de ese
trabajo pueden obtener del mismo… y eso, claro, les obliga a multiplicar su
faena para poder seguir subsistiendo. Ganan lo mismo, con suerte, o menos, pero
pagan más. Mi matematicamigo Juanba verificará la tiranía de aquestos
números.

Eso hacía posible que yo
pudiera pagar un plausible 22% de impuestos al banco por un préstamo, y mi hijo
no pueda con un oneroso 5% actual. Por ejemplo. El trabajar más o menos es lo que,
en su momento, los sirenos embaucadores nos vendieron con sus falsos cantos en
que el lechero ya no podía vivir con su docena de vacas, que tenía que pensar a
lo grande, multiplicar por diez las cabezas, ampliar las instalaciones y
producir en plan industrial… No se preocupe, le dijeron, nosotros le
colocamos cuanto produzca

Y así nos colaron la globalización.
O lo que es lo mismo: el esclavismo de la producción: se abrieron
macromercados; se monopolizó la distribución; se impusieron los precios de
compra y de venta; y se obligó a los productores a trabajar como pulgones para
la media docena de oligarquías financieras que parten el bacalao… que ya es
fletán, por cierto y con suerte. Ya todo está intervenido. Y medido. Y cada vez
hay más gente que engordar de la que no produce: políticos, intermediarios,
cierta clase de funcionariado, en fín…

Son los zánganos del panal
que laboran para la abeja reina… Un ejemplo sacado del recuerdo: hace ya muchas
décadas, media España, de Castilla La Mancha hacía el sur, producía trigo, y
cebada, en mayor o menor medida según en qué zonas. Quizá no era suficiente,
pero era una parte importante… Hoy el trigo mundial lo monopoliza una empresa
distribuidora americana que no posee un jodido bancal… Otro: somos los mayores
productores de aceite de oliva del mundo, y lo pagamos más caro que en el resto
de ese mismo mundo… Podría seguir poniéndoles ejemplos concretos, pero me
faltaría espacio.

Siempre pongo el mismo cromo,
discúlpenme si me repito, pero es el que mejor ilustra nuestra situación al día
de hoy: somos como las mulas ciegas que dan vueltas alrededor de la noria;
nosotros somos los que sacamos toda el agua del pozo; luego vienen los
engañadores, se la llevan toda, y nos la pagan a un euro el cangilón; y
después, cuando tenemos sed, nos la venden a diez euros… Esto es: apenas
podemos pagar los arcaduces de agua que nosotros mismos extraemos del maldito
pozo.

Por supuesto… no es su
interés matar a las bestias de hambre y sed, pues su buena vida les procura a
ellos su miserable existencia, pero sí que les sale muy a cuenta que malvivamos
de su cuento hasta que reventemos, y otras generaciones jóvenes, educados en el
mismo sinsentido, vengan a sustituir en la rueda a las ya extenuadas de la
noria cuya agua le cuesta más que le pagan… De ahí que se nos aparte de la
verdad y se nos cebe en el embuste y la mentira; que se nos oculte el
conocimiento y se nos eduque en la ignorancia y la incultura del pan y circo
contínuum.

Aquellos que me siguen desde in
illo témpore
, ya saben que, de vez en cuando, a lo largo y ancho de mis
escrituriajos, suelto la misma perla… Pienso – y puede que esté equivocado, ya
lo sé –  que, a lo mejor, ayer uno, hoy
otro, mañana algún par más, puedan ir quedándose con la copla; y que, algún
día, por algún sitio, aunque yo ya no lo espere, salga esto convertido en algún
algo que pueda traer un reflejo de esperanza a este erial que ya no es ni
garbanzal.

Siempre he creído, y sigo
creyendo, que sea cual sea la buena, o mala, fortuna que se nos presente,
podemos darle sentido y transformarla en algo valioso
”. (Hermann Hesse).-
Quisiera poder constatar que mi realismo pasará de pesimismo a optimismo en el
tiempo que me queda de estar junto a la noria. Y de contarlo. Pero vistas las
mulas que engancha, encantadas de haberse conocido, y su suicida aceptación,
mucho me temo que no voy a tener suficientes “Idus de Marzo” que echarme
al coleto… Así que, como el mismo César dijo: “Alea jacta est”…



 



Escriburgo

Durante 30 años fue vicepresidente de C.O.E.C.; durante 20 años Juez de paz; durante 15, Director de Caritas... Es autor de cinco libros. - Ha fundado varias ONG's, y actualmente es diplomado en RSC para empresas; patrón de la Fundación Entorno Slow, y Mediador Profesional.

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