Bueno, pues aquí tenemos, presentada a trámite, la Ley que ha parido VOX para el Mar Menos (LO.26-2), con el fin de modificar la normativa que protege a la laguna (se ve que la anterior no la protegía, o sea, que la atacaba, o sea, que entonces nos engañaron y ahora no nos engañan): de momento, prohíbe la instalación de plantas fotovoltaicas – tan solo las privadas, caseras, y gracias ´- digo yo que así le evitan contaminantes al mar, y yo estaba equivocado por creer que era una energía limpia, buena y positiva para el medio ambiente… Se derogan, por el contrario, artículos que imponían restricciones a la agricultura, a la ganadería y a la construcción. También a la ampliación de puertos deportivos. Muy bien, eso sí que no aporta contaminantes… Encima, para que no quepa ninguna duda, se reduce la cuantía de las sanciones por esa misma contaminación.
Esta es la Ley que va a “proteger” el Mar Menor. Aquí, con el permiso de los que me leen, largo mi opinión, personal, claro, que les exponía a ustedes, por si alguien quiere aclarar mis dudas puñeteras, que las tengo. Entre ellas:
No me salen las cuentas entre las muchas miles de encendidas almas que se tiraron a las calles y plazas, en pueblos del litoral y ciudades departamentales y capitales, en su día, en brava, entregada y desatada defensa de nuestro pequeño mar (no sé “ánde andarán” ahora, por cierto) comparado a los también muchos miles de votos paralelos con que han aupado a ese partido para que ahora nos salga con todo lo contrario a aquellos gritos y pancartas… Todo se ha convertido en una fantasmal nada, esto es, en una fantasmada.
Como tampoco me salen los números en lo de las veces que dijo el otro fantasma mayor de la ópera, López Miras, que iba a defender hasta con la última de sus tripas, que ya es decir, los intereses del Mar Menor; y que nunca, jamás de los jamases, iba a pactar con Vox su investidura y entregarse a su derecha extrema. Solo hay que consultar las hemerotecas para constatar una sonrojante realidad: que todo era, y es, una burda mentira, un embuste vendido a los intereses políticos de las siglas en cuestión, y a los ciudadanos con perdón, que les vayan dando…
Ni me salen tampoco, en consecuencia, con aquel invento de la Entidad Jurídica de la laguna, y toda la parafernalia teatrera que se lió en su momento, y con la que tanto se fotografiaron y selfireon las instituciones todas para lustrar imagen con la ocurrencia… ¿De qué sirve todo eso ahora que vuelven a abrirse las espitas que se cerraron entonces?.. ¿en qué madriguera están hoy todos aquellos paladines que lograron tamaña hazaña?. El silencio que ahora recorre el litoral y tierra adentro, si no es culpable, sí que es palpable… “Silencio en la noche, ya todo está en calma, el pájaro duerme, la ambición descansa…”, cantaba el tango de Carlos Gardel. Solo que, en este caso, la ambición no descansa, sino que no se cansa, que no, no es lo mismo…
Un par de días antes, también en la misma cabecera, leí la queja de los pescadores del mismo Mar Menor, como es lógico pidiendo ayuda desesperada a la Administración, declarando que el mar ya no da más pescado, que no hay… Según declaraciones al medio, en la pasada temporada se ha reducido un 30% esa pesca. Me pareció mucho tanto por ciento, la verdad… y más con las sirenadas cercanas de que las pescaderías rebosaban de nuestros paisanos peces y finos langostinos. No sé, pero algo huele a podrido, y no en Dinamarca precisamente.
Esto es, o alguien miente más que habla, o muchos hablan sin saber de lo que hablan, pero existen versiones tan dispares y contrapuestas que no encajan… No hace mucho me encontré con un congénere que nos criamos juntos, al que hacía una muy respetable cantidad de años que no veía, de familia de expescadores precisamente, al que, cambiando impresiones, le dije algo así como que “hace ya tiempo que parece que no hay mortandad de peces en el mar, ¿no?”… a lo que me respondió con un escopetazo: “¿cómo van a aparecer si ya apenas quedan?”..
Yo sé que la naturaleza tiene una capacidad de regeneración incuestionable. Tardará cien o mil años, pero lo hará. Es intrínseco en ella. Es más: desaparecerá antes el factor humano que el medio natural. Pero modificándose a sí misma en sí misma en el trasunto. Es como se defiende de nuestras acciones en su contra. Sabe que nosotros disponemos de más capacidad de daño pero de menos tiempo que ella, aunque no parezcamos darnos cuenta de ello. El problema es el “mientrastanto”.
Porque, mientras tanto, aquí seguimos tirándonos piedras a nuestro propio tejado, y haciendo lo contrario a lo que, apenas han pasado dos o tres años, clamábamos que íbamos, o no íbamos, a hacer. Et tutti contenti… ¿Y saben por qué?.. porque, en el fondo, somos más depredadores que protectores; y porque funcionamos conforme a nuestros intereses espurios. Y nuestro interés no está, no señor, en conservar un medio sano, sino en que éste nos siga rindiendo utilidades y beneficios. Ahí mismo tienen a un Mar Muerto que se está abriendo al depredador turismo, por (mal) ejemplo.
Y eso es lo que vamos (y queremos) hacer. Lo peor es que mientras el cadáver se pudre, huela. Pero una vez ya pasada su natural descomposición, venderemos la mojadura del agua, que ya no la vida y biodiversidad que albergaba esa agua, y que se irá olvidando conforme ese turismo compre el deshecho a buen precio…¿Que qué pinta Vox en este entierro?.. pues eso mismo: hacer de enterrador. Subconscientemente, o no, lo hemos contratado (votado) para eso mismo: para que nos haga el trabajo sucio, acabar con su agonía, darle definitivo matarile y cristiano entierro, y nosotros mantener nuestras conciencias limpias y tranquilas, porque es un vicario el que nos hace la faena, no nosotros. Es lo mismo que hace España con Marruecos respecto a la emigración. Además, se nos da muy bien… La diferencia es que ellos, los de Vox, no disimulan ni engañan. Son menos hipócritas que nosotros… ¿Qué no?..