Participo en un nuevo proyecto de programa radiofónico de dimensión cultural. En equipo. Compartido y debatido. Entre amigos. En buena compañía… Si el anterior, La Pinza, era hija de Isidoro Jesús Martínez (q.e.p.d.), éste, La Peonza, es hija de La Pinza, con un resto de la tripulación anterior y otros nuevos enrolados a la misma… Nace, en principio, experimentalmente, quincenal, si bien que con vocación de semanal apenas los primeros estirones, más adelante, si es que cumple las expectativas, y la calle nos concede el favor de darnos cobijo en sus diales.
Radio Torre-Pacheco, 87.7 es el hangar de puerto desde donde echamos a navegar, en Facebook-Live, donde quedamos expuestos a su juicio, a su acogida o a su rechazo, a su más objetivo criterio… Desde donde deseamos fervientemente que ustedes participen con nosotros mediante sus llamadas al whatsaps de la Emisora: 627934544, que ojalá colapsen llegado el caso. Exageración y broma optimista que me permito tras el esperanzador arranque del primer programa, con 386 seguidores en directo. Pero seamos cautos.
Algunos me han preguntado el porqué no seguir con el nombre de La Pinza… Existen al menos un par de razones: La primera de ellas es nuestra voluntad de que su existencia, nombre y recuerdo, quede unida a la memoria de quién la creó en sus principios y luego resucitó con algunos de nosotros; y la segunda es por respeto a una Pinza que llegó a alcanzar unos niveles de audiencia que su descendiente no sabemos si llegará, aunque nuestra vocación sea la de no defraudar… En ambos casos, nos sentiremos satisfechos y orgullosos con tan solo intentarlo. La Pinza llegó hasta donde llegó, y La Peonza, su heredera, tratará de honrarla emulándola con toda la veneración del mundo.
Si consiguiera, además del favor de la audiencia, el favor de la “acudiencia”, el Círculo Instructivo nos cede un espacio adecuado a poder realizar esas emisiones radiofónicas en presencia de público, convirtiéndose a la vez en mesas redondas, o en futuras charlas o conferencias. Todo un lujo. Un lujo que está A nuestra mano, pero que no está EN nuestra mano… Está a nuestra mano porque esa posibilidad existe y es factible; pero está en manos de ustedes, del público, de las personas que pueden hacerlo realidad.
Tal es la potencialidad de este renovado proyecto. La “esencialidad” es, naturalmente, cosa nuestra, nuestra responsabilidad… El dotarlo de la temática que despierte un interés reconocido, y si pudiera ser, también escogido. La emisora ya abraza en su amplia parrilla casi toda la información, quedando un resquicio para la “formación”… Esa es nuestra visión y nuestra misión. Nuestro objetivo. No se trata de dar clases, por el hecho de contar en el staff con dos excelentes profesores, sino de “arrimar conocimiento” a sus contenidos, sin perder el interés de las personas… A mí me gusta decir que “el conocimiento es el cemento de nuestros cimientos”, y ¿qué mejor manera de mejorar nuestra cimentación personal que ésta?..
Precisamente, y como anillo venido al dedo… del destino (es un decir), a nuestro primer programa de estreno y ensayo, nuestra María José lo bautizó, como madrina en su botadura, estrellando en su proa la botella con un etiqueta de marca inequívoca, a la vez que rotunda: “La Libertad de Pensamiento”… ahí es nada. Se marcó una divisa ambiciosa a modo de marchamo, un lema, un emblema, una bandera de salida al mar… Dos palabras que integran al ser humano en su manifiesta originalidad: Libertad, como energía impulsora, y Pensamiento, como herramienta realizadora. No existe caja más ancha, sobrada y holgada donde encajen más cantidad de temas que enriquezcan a las personas como tales.
La libertad de obrar es hija de la libertad de expresión, y nieta de la libertad de pensamiento, en línea directa, y la genética mitocondrial se transmite a través de un mismo gameto… ¡toma ahí!. Somos seres libres aunque nos engañen otros; aunque nos obliguen a no serlo; o aunque nos obliguemos nosotros mismos a asumir el engaño… No es un reconocimiento de los sistemas jurídicos de los Derechos Humanos, que también. Es una facultad con la que nacemos innata, por derecho propio, tan solo por haber arribado a la estación de humanos. Es el primer concepto que quedó al descubierto en ese primer programa…
Nada ni nadie nos puede constreñir el pensamiento. Pero es a partir de ese momento en que la responsabilidad de liberarse o esclavizarse es exclusivamente nuestra. Nosotros somos los que libremente elegimos nuestras cadenas… o elegimos no tenerlas. A partir de ahí sometemos nuestra libertad de expresión a convenciones o conveniencias, o solo le buscamos la vuelta. A partir de ahí nos comportamos como un auténtico y genuino ser libre, y modulamos nuestras acciones con la inteligencia necesaria, o nos rendimos y tiramos la toalla al comienzo de la pelea.
Y allí mismo se dijo que la sola compañía de otro ser al lado, hombre o mujer, ya exige una cierta modulación, o acomodo, o adaptación, de esa misma libertad de expresar nuestra libertad de pensamiento. Y el ser humano, a la postre, es un ser social, destinado y dedicado a construir sociedad… No resulta extraño entonces que el próximo, el segundo, el siguiente de la serie, sea examinar cómo es nuestra relación con esos demás. No podía ser de otra forma…
…Así que todo esto quería comunicarles a ustedes, y compartir con los que me siguen y me leen, si aún lo hacen, en este artículo de hoy. Me gustaría que se dieran por enterados y tomaran buena nota de las posibilidades de engancharse a este proyecto que tiene una proyección mucho mayor a que cuatro o cinco amigos se junten y se lo pasen bien departiendo tras unos micros… Eso puede ser el mascarón de proa, pero no es el buque. El navío completo es la tripulación y el pasaje todos juntos, para así todos convertirnos en navegantes.
Quedan pues invitados a esta travesía. Puede ser toda una aventura… Sigan la estela.