(de LaPatilla.com)
La cuchufleta playera vá en suma y sigue. Esta vez en Benidorm, donde los usuarios sombrilleros de la mañana protestan porque otros las plantan y se plantan de madrugada para coger el mejor asoladero del yo el primero… Hasta que otros vengan a ocuparlos después de cenar…
Es patético y sainetesco quejarse de un amogollonamiento producido por su propio espíritu gregario. Eso pasa porque hay más ocupantes que metros de playa y se matan por dos palmos de arena.
Con ir a otro lado o quedarse en su casa, todo solucionado… Pero si Vicente solo va donde va la gente, se hace gente y deja de ser Vicente. Ustedes me comprenden, ¿no?..
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com