La última y reciente remodelación de nuestro gobierno regional atiende a una necesidad estrictamente política más que social: se echan las elecciones encima y hay que lavarse los bajos, que apestan.
Hay que eliminar en lo posible los rastros más vergonzosos del transfuguismo y compraventa de puestos con que se consiguió el poder en esta comunidad de Murcia. Los restos de Ciudadanos y Vox que delatan tan sucias prácticas.
Solo a eso obedece este movimiento de última hora tomado por un ejecutivo contrahecho y mal parido, que se delataba demasiado… y no por interés de la ciudadanía. Lo que se intenta es un cambio de imagen para la foto de las urnas.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com