El último intento de renovación del Tribunal Constitucional fué parado en el Senado por el propio Tribunal Constitucional a propuestas del PP… Tan solo por un voto (6 a 5) ganaron los conservadores.
Yo no quiero poner el énfasis en esa nota, en si los culpables son los de derechas, los de izquierdas, o ambos por separado y a la vez… Pero sí en que el propio presidente de ese T.C. se jugaba la nómina en ese envite, votando así su propia continuidad en el cargo.
Ese solo hecho ya es claramente deshonesto. Al menos debería haberse abstenido, pero, no… fue el voto de la diferencia. Ya digo, no hablo de colores, solo hablo de honradez, de dignidad, de vergüenza…
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com