Las bolsas de pobres que estos… digamos “comunistas” de hoy querían negociar con las grandes distribuidoras de alimentos, son las mismas Cartillas de Racionamiento que los fascistas de ayer negociaron con las tiendas de ultramarinos en posguerra.
Si se molestan en indagar un poquico, verán que la cantidad y calidad que los grandes ofrecen en el lote tienen los mismos precios que los pequeños ofrecen al despelote. Los grandes no hacen ningún esfuerzo.
Y encima, estas… digamos “izquierdas” de hoy, favorecen y encauzan las ventas hacia los grandes distribuidores, manipuladores de los precios de mercado, y perjudican a las tiendas de barrio y de fiado. Ellos sí que no son de fiar.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com