El feminismo obtuso, que haberlo háylo, movió el follón el Día de la Mujer último, para que, a la madrileña estación de Atocha, se le cambiara el nombre por el de una fémina (propusieron el de Almudena Grandes), ya de paso y porque tocaba…
Díaz Ayuso, nervio y figura, y mala leche hasta la sepultura, saltó como una liebre, y dijo que el nombre le venía de la Virgen de Atocha, y, que ella supiera, la virgen también era una mujer…
Y es verdad. Pero lo que todas ignoran es que la tal Virgen, se apareció en Madrid en un campo de atochas – una especie de esparto silvestre – que ocupaba aquel lugar, y de ahí, de la mata, le viene el nombrecico…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com