“El campo y la industria alimentaria exigen a los supermercados compartir costos”. Se pone en letra gorda en el periódico. Quieren repercutirlos en los precios de los productos, pero la patronal de las grandes superficies hace oídos sordos, se amplía en la noticia…
No solamente estas grandes distribuidoras no se conforman con ganar un 600% – como es en el caso de las patatas – en el diferencial de sus precios, si no que son incapaces de, con ese abusivo margen, absorber los sobrecostos.
La culpa es de esos mismos productores que, en su día, se entregaron a esas grandes comercializadoras que ahora monopolizan la distribución. “Del bancal a la mesa” debería ser lo normal y aconsejable… No este latrocinio a mano armada.