La que se lió con lo de las macrogranjas de cerdos fué muy fuerte. La mala política de la izquierda los hizo (a los cochinos) víctimas de tortura; y la mala política de la derecha los convirtió en anticomunistas…
Sin embargo, el cerdo es el animal más genéticamente afín al hombre. De hecho, recientemente se trasplantó el corazón de uno de ellos a un ser humano, y no es el primero, ni será el último.
A lo peor es que, desde que Circe convirtió en cerdos a los guerreros de Ulises, éstos andan hermanados en nuestra genética, mal que nos pese… Quizá por eso nos guste tanto el jamón. Porque somos, como ellos, unos antropófagos, que no antropólogos