Nos viene un nuevo orden económico mundial, y los gobiernos se preparan para entrar en una especie de economía de guerra por los efectos de la contienda de Ucrania, que cada vez se acusará más y requerirán una creciente inversión pública. España se prepara también para esa economía de batalla…
Sobre la mesa hay, entre otras, medidas para frenar la escalada del precio de la energía y su impacto en las empresas y en el resto de los ciudadanos. Y, sobre todo, en las familias vulnerables. De haber apostado antes por la renovables, ahora no tendríamos este enorme problema. Pero no ha sido así…
Sería justo que ahora repercutiera en las abusivas empresas distribuidoras, no en los usuarios. Que paguen ellos la factura… Pero para eso se necesitan gobiernos con lo que hay que tener, y no vendidos a las financieras.