A un artículo (y programa radiofónico) anterior, al que titulaba ÁNGELES, me contestaron más de la media normal del personal… Hubo un poco de todo: que si entendían; que si no entendían; que si no querían entender… Yo sí que entiendo que cueste trabajo sacar un ideotipo del cerebro para implantar otro; y que eso genere un nuevo modelo de pensamiento aún es más costoso, raro y difícil. Claro que lo comprendo. Por eso no me afecta lo más mínimo, por ejemplo, que una seguidora me diga, dirigiéndose a mí, que la dejé “ojiplática”, que, traducido a lo antiguo, quiere decir con los ojos como platos. Pero es que debemos de empezar, lentamente, poquico a poco, a entrenar a esos ojos (ojos del espíritu, de la mente, del alma, se entiende) a que se vayan abriendo, aún gradualmente. A pensar como adultos, ya no como niños…
Creo que no digo ninguna locura si asevero que ángeles es sinónimo de conocimiento… El catecismo Ripalda de nuestros genes católicos rezaba que los ángeles eran correos, emisarios… sí, vale, pero ¿de qué?.. ¿Qué transmitían si no algo que debíamos conocer?.. La sabiduría de la propia creación desde su principio, por ejemplo, colaborando así en su propio desarrollo conectado a un plan inteligente (y aquí, cada cual y cuála pegue su cromo en según su álbum): Dios, Vishnú, Alá, Bing-Bang, el Uno, el Absoluto, o la Nada… como si es cero patatero y yo el primero. Pero sigamos la pista, al menos, sobre si “viene, o no viene, en nuestro libro”, que era la excusa para saberse, o no, la lección, cuando de críos nos preguntaban…
El conocimiento debe ser transmitido a todo lo creado, en la medida del nivel de esa creación, naturalmente… Y aquí se encuentra que la inteligencia, energía pura y dura, crea la materia de esa misma, su propia energía – energía condensada en materia – y, hete acá que aquí aparece el ser llamado humano (al que habría que someter el resto de la creación terrena: animales, plantas, etc., según las Escrituras), pero que, para lidiar con la materia, había que preparar su salto evolutivo de alguna manera… Una especie de animal avanzado que hay que evolucionar espiritualmente transmitiéndole el conocimiento, fundiéndose en él mismo, ángel y humano…
Que la lectura sea la del árbol, la serpiente, la manzana y la mujer, porque así convenía a las primigenias religiones, es algo irrelevante. Cada una utiliza su propio folklore, al fin y al cabo. Lo cierto es que esa fue la causa (aparente, claro), no de la caída del hombre, como se deduce de tal interpretación, sino también de la caída del ángel… La caída de la energía con conocimiento en la materia desprovista de él. La fusión. En la que se incluyó una separación física de sexos (el ser primitivo era bisexuado y reptaba, no andaba, ni tenía conciencia de sí mismo)…
Si bien, tuvo que hacerse tan cojonudamente, que después, se dice y se cuenta de otros que “encontraron tan hermosas a las hijas de los hombres, que bajaron a cohabitar con ellas, y de tales uniones nacieron varones de alta nombradía”. Pero esa es otra historia… Y en tales historias puede imaginarse toda la parafernalia que le cuente su catecismo según convenga; y contarse cada cual el cuento que quiera; y creerse el Calleja que prefiera… Pero lo cierto es que, a partir de ahí, el ser humano empezó a pensar por sí mismo, porque tuvo conciencia de sí mismo. O se lo digo en román paladino: ese conocimiento de que los ángeles son portadores alados (las alas simbolizan el espíritu), o mensajeros de Dios, o de los dioses, se transmitió a la creación material inyectándolo en el animal más propicio y naturalmente preparado que pululaba por aquel jardín, o Edén… Y después llamado Hombre, o Mujer, o lo que leches seamos. No hay más misterio que éste. Por eso un servidor de las monjas vincula, y decía en ese controvertido artículo (después, programa de radio), lo que repito también en éste: a los ángeles conectados directamente con Dios en un extremo, y a lo más espeso y concentrado de la materia – pero de la misma energía – en el otro, incluyéndonos a nosotros a lo largo de la vara, por supuesto. E igual por eso decía, y digo, que creo en ellos antes que nada, para así poder creer en todo, y en todos los demás…Lo de aplicar la lógica, o el sentido común, o este u otro sentimiento, a esto, ya es cosa de cada hijo de vecino; y lo de quedarnos ojipláticos todos o solo unos cuantos, también. Cada cual piense, y opine, libremente, lo que crea oportuno y conveniente, si así les place…
Pero ese Conocimiento es lo que ha llevado al ser humano a lograr todo lo bueno y todo lo malo que nos acontece en este mundo nuestro. A alcanzar cotas en la ciencia que nos adelanta en medicina, por ejemplo; o en la técnica; así como también llevar al planeta donde fuimos plantados al borde su de extinción. El mismo conocimiento que nos permite construir que destruir… El mismo que nos hace saber, por ejemplo, que la temperatura del Mediterráneo nos ha subido 1´5º y que tal calentamiento anómalo en aguas ya cálidas, puede provocar eventos extremos todo el año… El que nos permite saber que ciertas zonas, como nuestra propia región y la del golfo de Valencia, han sufrido calentamientos aún más acusados, y que, en consecuencia, la llamada Gota Fría será el fenómeno más grave de tal cambio climático adverso. El mismo conocimiento que nos permite saber, a través de la conciencia, que los culpables de todo esos desastres, somos nosotros mismos. Y que las guerras y las epidemias son de nuestra entera responsabilidad. Entre otras cosas…
Pues ese conocimiento en el ser humano se ha usado tanto para avanzar como para retroceder, ya que no se hace por igual en la ética, ni en los valores, ni en la educación, en la misma medida que se hace en la técnica y la ciencia. De ahí que el afán depredador consumista y hedonista del hombre se haya aprovechado de su poder para abusar del mundo en el que vive y del que vive… Pero lo que es cierto, es que el hombre, de haberse quedado como animal reptante sobre la faz de la tierra, nada malo ni nada bueno se hubiera producido… Al menos, o eso espero, que el conocimiento genere conocimiento, aún a base de duras lecciones aprendidas…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com