La disciplina de voto es un mal negocio. Para la democracia y para la economía… Para la democracia, porque anula las conciencias de las personas, digan lo que digan. Es todo lo contrario a la libertad.
Para la economía, porque se pagan cantidad de super-sueldos para luego votar todos lo mismo como una sola persona. Más vale que esa sola persona vote por todos los demás, y se pague solo un super-sueldo por cada formación política. El que más votos represente, ese gana.
Saquen cuentas. Se ahorrarían millones. Tanto despilfarro por nada. Porque no hay mucho más allá del voto, y que no cuenten cuentos… Sin libertad de voto personal, nuestra democracia resulta cara por lo secuestrada que está.