Me llegan todas las contadas y cantadas que se producen en el pueblo: que si en la zona del Caes cada fin de semana es el desmadre; que si hubo una reyerta con sangre y no apareció nadie; que si los destrozos, vómitos y meadas aquí, allí y allá; que a la puerta lateral sur del Ayuntamiento le pegaron fuego; que si donde la Biblioteca unos gamberros le abrieron la cabeza a un joven estudiante, al que han mandado al hospital; incluso me cuentan de una violación de una menor a la espalda de una conocida cafetería…Y todo, absolutamente todo, apunta a una sola y única, al parecer, deficiencia: la falta de vigilancia; la más que dudosa respuesta en muchos casos; otros hablan de la más pura y dura desidia y abandono…
Lo primero que hemos de aclarar es que yo no puedo ser el que polarice todo lo malo acaecido, por aquello de andarme suelto y dispuesto a la hora de escribir mis crónicas… “Tú que escribes y sabes cómo decir las cosas…”; “a ti que la gente te lee…”; son las jaculatorias de acercamiento y suelta del becerro… “no, oye, que puedes citar mi nombre, que aquí estoy yo para confirmarlo”… ¡faltaría más, Tomás!. Pero no es eso. Puedo atender ciertas peticiones, pero no puedo, no quiero, tampoco me es posible, monotemizar lo que cada día escribo. Ni monitorizarlo tampoco. Mis temas son de naturaleza múltiple, surtida, y así quiero que sigan, pues la verdad está en la variedad, y espero, y confío, en que ustedes me comprendan…
Soy consciente que nuestro pueblo se enfrenta a un grave problema de fondo… quizá a varios, y que el proyecto económico de convivencia social intercultural se está hundiendo como el Titánic se hundió: y que se necesita un revulsivo que analice tales problemas y que busque soluciones prácticas y efectivas, no políticas. Y que ponga las cosas en su sitio… Y que el equipo de gobierno se ve absolutamente incapaz de hacer frente a tales problemas, como al deterioro visible y paulatino del pueblo. Por falta de consenso quizá, por falta de madurez, por exceso de prudencia, de miedo, de comodidad, o porque tiene un lio entre aptitud y actitud que no se aclaran… Pero, el caso, es que están jugando con fuego… las cosas están llegando a un extremo que aquí puede llegar a estallar la violencia racista y xenófoba como, en su día, hizo en El Ejido, y parece que no se dan cuenta el odio que se está larvando y el riesgo que estamos abonando…
Yo siempre he justificado, ustedes lo saben, la convivencia entre razas y culturas que vienen a qanarse el sustento en labores esenciales, pero importantes, en las que los de aquí no queremos desempeñar, y nosotros, los que luego, encima, les traspasamos nuestros negocios y alquilamos nuestros locales, porque nos conviene, claro… Siempre lo he hecho. Y he defendido su derecho a ganarse la vida honradamente y dentro de las normas establecidas por el lugar que los acoge… Y en varios artículos he desgranado la historia de los cuándos, los porqués y los cómos hemos llegado aquí… Pero el mayor error sigue siendo no haber sabido integrarlos y responsabilizarlos con la firmeza necesaria. Ahora eso se ha convertido en un problema de doble filo: por un lado, el de la manifiesta inseguridad; y por otro, una más que posible respuesta xenófoba… Y no ocultemos lo que es el evidente “porque así no se vende un pueblo”, si no que reconozcamos ese por qué y solucionémoslo…
Y sobre ser yo el depositario y notario de cuanto acaece y acontece, no es lo procedente, ni aconsejable, para que no se convierta en precedente. Puedo comentar uno u otro sucedido por su importancia, pero nada más… Yo les aconsejo a todos y a todas de abrir una especie de Blog, de web, de cuenta o de espacio donde todo vecino pueda exponer todo aquello de lo que sus denuncias no alcanzan; por supuesto bajo la tutela de un par de buenos, formales y responsables administradores de la cuenta; bien planeada y con seriedad; y, sobre todo, independiente, con acceso a la “oficialidad”, pero sin depender de ella…
Es posible, y puede que hasta deseable. Tan solo hay que molestarse, plantar unas normas, y ponerlo a funcionar… Lo he dicho ya muchas veces: los administradores de la administración deben de saberse y sentirse vigilados por sus administrados (y valgan todas las redundancias)… Y arreados, y denunciados si es preciso, pero no al contrario, que es lo que suele suceder… Una ciudadanía atenta y despierta es un problema para los políticos que viven de la política, y de cualquier mediocridad o asaltaleras que cualquier vulgaridad la convierten en heroicidad para justificar su buena paga… Cualquier gerente de cualquier empresa puede dirigir a cualquier equipo de profesionales medianamente bien… Un alcalde, unos concejales, deben ser otra cosa… deben estar para estas otras cosas… Precisamente.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com