España mantiene una deuda con su más reciente y sangrante historia que ningún gobierno, ninguno, ha logrado cumplir y satisfacer… Los partidos políticos y sus líderes mantienen una herencia cainita que lo impide…
Cien mil muertos en venganzas, delaciones y violencia, aún no descansan en paz en cunetas y caminos. En fosas anónimas y comunes llenas de abrazos robados y despedidas truncadas, y cubiertas de ignominia e injusticia…
Ya va siendo hora que, entre todos, desenterremos esos restos, los devolvamos a los herederos de su sangre y su recuerdo, y enterremos en sus huecos todo el odio y maldad que aún queda entre nosotros… Es solo cuestión de dignidad, de honradez, de vergüenza…