I supose: Cuando existe una ley antinatural que inclina (digamos obliga) a los políticos, administradores de los pueblos y comunidades, a hacer economías en el gasto a cargo exclusivo de sus administrados – les cobra impuestos, pero revierte los ingresos fuera de dónde los recauda – se engorda el capítulo de una posible sanidad en las cuentas, si bien que a cargo de empobrecer el entorno. Y se aumenta la liquidez, que, o bien se gasta fuera del tal entorno, si se invierte; o bien se gasta dentro, aumentando sus propios sueldos; o bien ambas cosas; o… no sé qué más combinaciones permiten darse. Yo solo pienso (y quiero pensar) en la primera posibilidad, porque si pienso en la segunda, está claro que es un efectivo método para atraer a trepas y mangantes: buen sueldo y poca responsabilidad, ya que…” ¡ah, lo siento, me obliga la ley!.. “ ya saben.
Esa Ley existe, y se llama LICITACIÓN… Obliga a hacer todo el gasto por ese medio para no incurrir en el delito de – eso dicen – prevaricación. Comodísimo… Yo insisto en mi principio: será todo lo legal que se quiera, pero resulta profundamente inmoral, porque se obliga a gastar fuera cuánto se recauda dentro: de nuestros conciudadanos empleados en empresas de aquí; de nuestros propios empresarios; de nuestra propia riqueza, si es que, con este método, no solo restamos… Y eso es así, mientras no se demuestre lo contrario. Yo no sé si mi conciencia me permitiría cobrar un buen sueldo estando sometido a tal método, la verdad. De estar hoy en la Coec, me avergonzaría, y no me habría dejado convencer, o comprar, o lo que fuera que se haga… Porque es una fórmula matemáticamente segura de ir contra esas empresas a las que representamos y contra los ciudadanos que vivan de ellas… Salvo, claro, que nos vendamos y se las vendamos a esas cadenas y multinacionales que pueden optar al tal injusto sistema de Licitaciones… y si es que, claro, alguna nos quiere incorporar.
Mientras tanto, conforme nos vamos jubilando, iremos poniendo nuestros negocios en manos de nuestros extranjeros, puesto que ningún nadie de aquí quiere invertir en un lugar que genera pobreza. Es justo lo que está pasando ya.. Volver a los sistemas comerciales de hace un siglo, que te aseguran una miserable ayuda a tu miserable jubilación, y de cuya carreta solo quieren tirar marroquíes e hindúes, pues el status impuesto impide crecer y evolucionar desde tu misma raíz de asentamiento… Por supuesto, existen lugares aún donde, con la misma e injusta ley (las leyes no siempre son justas) las están soslayando y “burlando” en beneficio de sus comunidades y de sus propias conciencias, si bien se molestan en “buscarle la vuelta” o en arriesgar su cargo por los suyos (y cuando digo los suyos, digo “su pueblo”, no “su partido”, naturalmente)…
…Salvo que esto sea ya una utopía. Y si lo fuese, pues como las utopías dejan de serlo cuando se convierten en realidad, entonces empezamos a imaginar, mientras todos tarareamos la canción de John Lennon, e IMAGINE… que todas las empresas de ese lugar, todas, dejen de pagar el Ibi, ya que no les sirve de nada a sus intereses empresariales… E IMAGINE que, en pura reciprocidad, los ciudadanos dejemos de votar a nuestros representantes municipales. Que empiecen por ahorrarse el gasto de las elecciones… Y empecemos a gobernar a nuestros pueblos como una empresa – al fín y al cabo, lo son – y que, como ya hacen en pequeños pueblos vascos, se elija a un gerente, y se contraten buenos administradores y técnicos… pero, claro, por licitación (según ley). Y también los funcionarios, pues si no sería un agravio comparativo, ¿o acaso no?.. Y que trabajen bajo la dirección de una Junta Local, o vecinal, o lo que sea, en trabajos concretos cuyos proyectos definidos y rendimientos se ajusten a sueldos ajustados a lo justo.
Y si es que debe haber un Alcalde-Presidente, elíjase de entre esa Junta de inter-pares, y tenga dedicación completa si la ha de tener, pero que su sueldo no sea, en modo alguno, superior a la media de la nómina de ese mismo pueblo, o por encima de su Ipc… pues sería, si no prevaricación, a lo mejor sí que cohecho, aparte lo inmoral. IMAGINE. Y que cada pueblo, ciudad o comunidad mantenga, dignamente, justo el personal que necesite para sus necesidades y servicios, sin otros criterios que los de la obligación y el rendimiento… IMAGINE… que los políticos y sus sueldos sean sacados a Licitación. Por la misma regla de tres que usan con sus empresas: no los políticos más aptos y baratos han de ser los del lugar, ¿verdad?.. Igual debería pasar con el funcionariado, puesto que su gasto sale de los mismos impuestos…
Porque, bien mirado, mantener un sistema funcionarial y político fuera del sistema de licitaciones que ellos mismos imponen a los que les pagan, es todo un contrasentido. Un opuesto. Un contrario a toda lógica. Un agravio comparativo. IMAGINE: trabajador cualificado por funcionario cualificado; técnico cualificado por político cualificado… ¿dónde están las licitaciones de todos esos “técnicos y trabajadores” que pueblan la Administración que nos exige que nuestros negocios pasen por licitación?…
En resumen, y esto ya no hay que imaginarlo, pues es tremendamente real, lo que aquí se está exigiendo e imponiendo es un sistema radicalmente liberal, a través, y para mantener, un sistema básicamente funcionarial… Y se está impidiendo – por ley – que se apliquen las mismas reglas del juego en igualdad para todo el mundo. Pero todo esto, y es lo más sangrante, a cargo de unos contribuyentes a los que se empobrece y que cada vez pueden contribuir menos al mantenimiento de semejante disparate…
Eso es lo que nos está ocurriendo aquí, y si los políticos no pueden (porque no quieren) remediarlo, y son incapaces de enfrentarse a sus consecuencias, no sé para qué puñetas necesitamos a ningún político, la verdad… IMAGINE: este escrito debería publicarse, y enarbolarse, y achinchetarse, como un Edicto, en todo tablón público de toda empresa de todo pueblo viviente… antes de la insumisión fiscal municipal, claro…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com