Durante doce siglos estuvieron celebrándose las Olimpiadas ininterrumpidamente, hasta la llegada del cristianismo (v.s. catolicismo) que las prohibió como fiesta pagana durante mil quinientos años, hasta que, ya en el siglo XIX, Pierre du Cubertain las resucitó, hasta ahora…
La primera etapa fué eminentemente deportiva, sin ningún tipo de distinción de clase ni de fe política. El paréntesis de quince siglos impuesto por una religión oscura y ominosa dió paso a una segunda etapa…
…Donde el negocio y los intereses empresariales, políticos y económicos, priman sobre el deporte. Los enjuagues y tejemanejes entre paises y comités olímpicos son de una opacidad que, en esta última edición ha reventado por las costuras más débiles: las presiones ejercidas sobre los propios atletas…